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8 de agosto de 2025 a las 04:05
El lado oscuro del color
Adentrémonos en el fascinante mundo de la psicología del color. Mucho más allá de una simple elección estética, el color que vestimos, que nos rodea, que preferimos, habla volúmenes sobre nuestra personalidad, nuestros estados de ánimo e incluso, cómo nos perciben los demás. ¿Te has detenido a pensar por qué te atrae un color en particular? ¿Por qué ciertos tonos te transmiten calma mientras otros te incomodan? La respuesta, aunque compleja, se encuentra entrelazada con nuestra historia personal, con las asociaciones culturales y con la propia naturaleza del color.
El gris, por ejemplo, un color a menudo relegado a un segundo plano, se encuentra envuelto en un halo de misterio y ambigüedad. Si bien la ciencia no establece una relación directa entre el color y la maldad, la cultura popular, a través del cine, la literatura y el arte, ha construido una narrativa que asocia al gris con personajes calculadores, fríos y distantes. Pensemos en los antagonistas de ciertas películas, vestidos en impecables trajes grises, cuya maldad no es explosiva ni evidente, sino sutil, como una sombra que se alarga silenciosamente. Esta representación simbólica ha permeado en el inconsciente colectivo, generando una percepción particular sobre aquellos que prefieren este tono.
Desde el punto de vista de la teoría del color, el gris se presenta como una tonalidad intermedia, un puente entre la luz y la oscuridad. No es ni blanco ni negro, sino una fusión de ambos, una zona indefinida que se presta a múltiples interpretaciones. Esta ambigüedad, que para algunos puede resultar atractiva, para otros puede ser sinónimo de incertidumbre, de falta de definición, incluso de ocultamiento. La European Association of Colour, por ejemplo, ha estudiado el impacto de los colores en nuestra percepción del entorno y de las personas, concluyendo que el gris, al ser percibido como un color carente de energía, puede generar interpretaciones negativas en relación al comportamiento humano.
No obstante, es crucial evitar generalizaciones simplistas. Vestir de gris no nos convierte en villanos, ni implica necesariamente una personalidad fría o distante. El gris es un color elegante, versátil, presente en prendas icónicas y en la decoración de interiores sofisticados. La clave reside en el contexto, en la combinación con otros colores, en la forma en que se utiliza. El informe “Color and Personality” del International Colour Authority, señala que los colores neutros, como el gris, pueden ser utilizados como una forma de protección emocional, una manera de no llamar la atención, de pasar desapercibido. En este sentido, la elección del gris podría reflejar una personalidad introvertida, una necesidad de privacidad, o simplemente, un gusto por la estética minimalista.
En definitiva, el mundo del color es un universo fascinante y complejo, donde cada tonalidad tiene su propia historia, su propio significado y su propia capacidad de influir en nuestras emociones y percepciones. La próxima vez que elijas una prenda de vestir, que decores tu hogar o que simplemente observes el mundo que te rodea, presta atención a los colores que te atraen, a los que te repelen, a los que te transmiten calma o inquietud. En ellos se esconde una parte importante de ti, una parte que, a través del lenguaje silencioso del color, se comunica con el mundo.
Fuente: El Heraldo de México