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8 de agosto de 2025 a las 09:30
Blindajes para tus telecomunicaciones
La creciente tensión comercial entre México y Estados Unidos se palpa en el aire como una tormenta inminente. El reciente informe del Representante Comercial de Estados Unidos, Jamieson Greer, ha encendido la mecha al señalar las barreras comerciales impuestas por México, especialmente en el sector de las telecomunicaciones. El documento no se anda con rodeos al afirmar que el costo del espectro en México es exorbitante, uno de los más altos de América Latina, una situación que contradice las prácticas internacionales y beneficia desproporcionadamente a América Móvil, el gigante que domina casi el 70% del mercado. Este señalamiento, lejos de ser un hecho aislado, se enmarca en la antesala de la renegociación del T-MEC, un escenario donde las preocupaciones de la industria mexicana se agudizan.
El primer punto de fricción reside en la controvertida decisión del Congreso mexicano de eliminar la autonomía del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), una medida que contraviene directamente las disposiciones del T-MEC. Este movimiento, percibido por Estados Unidos como una clara violación del tratado, ha concentrado las funciones regulatorias en la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones y la Comisión Nacional Antimonopolios, generando incertidumbre y desconfianza. La sombra de la intervención estatal se cierne sobre el sector, amenazando con distorsionar la competencia y limitar la participación de empresas extranjeras.
Otro elemento que añade leña al fuego es la reforma constitucional que faculta al Estado para prestar servicios de internet en condiciones de monopolio, otorgando una posición privilegiada a Altán Redes y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Esta medida, que blinda a estas empresas de las leyes de competencia, levanta serias dudas sobre la igualdad de condiciones para los demás actores del mercado. Se configura un escenario donde la competencia se ve socavada y las empresas no estatales se enfrentan a una desventaja regulatoria significativa.
La situación se agrava aún más con las condiciones operativas otorgadas a la CFE, que le permiten ofrecer concesiones sociales y comerciales, creando una competencia desleal para las demás empresas del sector. Esta asimetría regulatoria, disfrazada bajo el manto de la soberanía, beneficia a la paraestatal en detrimento de la competencia y la innovación.
En este contexto, el reciente editorial de Jamieson Greer, titulado "Por qué rediseñamos el orden global", adquiere una relevancia crucial. El texto, una clara declaración de intenciones por parte de Estados Unidos, deja entrever la postura firme que el país norteamericano adoptará en las futuras negociaciones. No se tolerarán disparidades regulatorias que perjudiquen los intereses estadounidenses, especialmente cuando estas se escudan en la soberanía para generar ventajas para las empresas nacionales.
La negociación se vislumbra compleja y tensa. México deberá afrontar la presión de Estados Unidos para corregir las distorsiones regulatorias en el sector de las telecomunicaciones. El futuro del T-MEC y la relación comercial entre ambos países penden de un hilo, en un escenario donde la soberanía y los intereses económicos se entrelazan en una compleja danza de poder. La defensa de la soberanía no puede ser un pretexto para la creación de monopolios estatales o para la implementación de regulaciones que distorsionen el mercado y limiten la competencia. El equilibrio entre la protección de los intereses nacionales y la apertura al comercio internacional será la clave para una negociación exitosa.
Por otro lado, en el mundo del motor, la BMW x7 M60i, producida en Spartanburg, Carolina del Sur, se presenta como un vehículo imponente, un símbolo de potencia y versatilidad. A pesar de las tensiones comerciales y la incertidumbre generada por los aranceles, el CEO de BMW, Oliver Zipse, se muestra confiado en alcanzar sus objetivos financieros. Considera que la preocupación por los aranceles es exagerada, una postura que contrasta con la tensión palpable en otros sectores, como el de las telecomunicaciones. La industria automotriz, un pilar fundamental en la economía global, observa con atención el desarrollo de las negociaciones comerciales, consciente de que su futuro depende, en gran medida, del resultado de este complejo juego geopolítico. El éxito de la BMW x7 M60i, producida en suelo estadounidense, se convierte en un símbolo de la interconexión económica entre ambos países, un recordatorio de que la cooperación y el libre comercio son motores esenciales para el crecimiento y la prosperidad.
Fuente: El Heraldo de México