La noticia ha resonado como un trueno en el mundo del espectáculo: Alicia Villarreal y Cruz Martínez, una de las parejas más emblemáticas de la música regional mexicana, han puesto fin a su matrimonio tras 22 años de unión. Un final que, lejos de ser apacible, ha estado marcado por la tormenta de una denuncia por presunta violencia doméstica. El silencio que envolvía los rumores se rompió con la valiente declaración de la propia Alicia, confirmando el divorcio y el cierre de lo que ella misma denomina "un primer ciclo". Un ciclo que, según sus palabras, comenzó a cerrarse ya en 2023, antes incluso del estremecedor episodio que la llevó a pedir auxilio silenciosamente durante un concierto en Zitácuaro, Michoacán. Esa señal, un grito ahogado en medio de la música, desató una ola de preocupación y especulaciones que culminaron con la revelación de la presunta agresión física por parte de Cruz Martínez, horas antes de la presentación.

La imagen de la pareja ideal se resquebrajaba ante los ojos del público, dejando al descubierto una realidad mucho más compleja y dolorosa. La demanda interpuesta por Alicia en febrero pasado se convirtió en el preludio de un largo y complicado proceso de divorcio, agravado por la diferencia de legislaciones, ya que la pareja contrajo matrimonio en Estados Unidos y continuó el trámite en México. Un laberinto legal que, finalmente, ha encontrado su salida el 6 de agosto, fecha en la que firmaron los papeles que disuelven su vínculo matrimonial.

Más allá de los tecnicismos legales, las palabras de Alicia Villarreal reflejan el peso emocional de esta decisión. "No deja de haber una historia y tantos años, la familia y todo lo que sucede dentro de esa gran ilusión que un día tuviste de que es para siempre", confiesa la cantante, dejando entrever la nostalgia por un sueño compartido que se desvaneció en medio de la tempestad. Sin embargo, en su voz también se percibe la fuerza y la determinación de una mujer que ha elegido su libertad por encima de todo. "Era importante llegar a ese punto de lograr mi libertad que necesitaba yo, de salir de ahí de donde siento que no me había ido bien", afirma con convicción, marcando un punto de inflexión en su vida.

Este divorcio, que pone fin a más de dos décadas de convivencia, abre un nuevo capítulo en la vida de Alicia Villarreal, un capítulo en el que la reconstrucción y la búsqueda de la propia felicidad serán las protagonistas. La cantante, reconocida por su talento y su fortaleza, se enfrenta ahora al desafío de sanar las heridas del pasado y construir un futuro en el que la libertad y el bienestar sean los pilares fundamentales. La mirada del público, que la ha acompañado a lo largo de su trayectoria artística, se posa ahora sobre ella con admiración y respeto, reconociendo su valentía al romper el silencio y alzar la voz en contra de la violencia, convirtiéndose en un ejemplo para muchas mujeres que viven situaciones similares. El camino no será fácil, pero Alicia Villarreal ha demostrado que tiene la fuerza necesaria para recorrerlo, con la frente en alto y la mirada puesta en un horizonte lleno de nuevas posibilidades.