Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Economía

7 de agosto de 2025 a las 09:35

SOS Morelos: ¡Necesitamos tu ayuda!

La sombra de la incertidumbre se cierne sobre Morelos. El anuncio del inminente cierre de la planta Nissan en Civac, tras casi seis décadas de operaciones, ha sacudido los cimientos económicos del estado, generando una profunda inquietud entre empresarios, trabajadores y la población en general. La decisión de la automotriz, que trasladará su producción a Aguascalientes, deja un vacío difícil de llenar y plantea serias interrogantes sobre el futuro económico de la región.

El impacto de esta partida es monumental. Hablamos de una planta que en 2019 celebró la producción de su vehículo número seis millones, incluso exportando unidades a Japón, el país de origen de la marca. Se estima que alrededor de 7,500 empleos, entre directos e indirectos, se verán afectados, generando un efecto dominó en la economía local, especialmente en Cuernavaca y Jiutepec, municipios que se desarrollaron en gran medida gracias a la presencia de la fábrica. Si bien el complejo industrial Civac alberga a otras empresas importantes como Thales, Unilever y Givaudan, la magnitud de Nissan la convertía en el motor principal de la zona.

Si bien el contexto internacional juega un papel en esta decisión, las omisiones del gobierno estatal, encabezado por la gobernadora Margarita González Sarabia, no pueden pasarse por alto. Su reacción, cinco días después del anuncio oficial de Nissan, se percibe como tardía e insuficiente. Decisiones de esta envergadura se gestan con meses de anticipación, y la falta de proactividad del gobierno local para retener a la empresa resulta alarmante.

La preocupación se extiende al sector empresarial. La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Morelos, presidida por Armando Núñez, y la Asociación de Industriales y Empresarios del estado han alzado la voz, urgiendo al gobierno a implementar medidas concretas para mitigar el impacto del cierre y atraer nuevas inversiones. Se plantean mesas de trabajo con universidades, centros de investigación y el sector privado para reactivar la economía y generar nuevas oportunidades. Sin embargo, el temor a una posible fuga de otras empresas se palpa en el ambiente, agravando aún más el panorama.

Las declaraciones del canciller Marcelo Ebrard, buscando minimizar el impacto de la noticia, no han logrado disipar la incertidumbre. La realidad es contundente: Nissan se va de Morelos. Y este hecho contrasta con los esfuerzos del gobierno federal por impulsar el desarrollo económico del país.

En medio de este escenario complejo, surge una información aún más preocupante. Fuentes del sector empresarial revelan que algunas automotrices alemanas están trasladando discretamente líneas de producción a México, específicamente a la región del Bajío. Esta estrategia se interpreta como una preparación ante una posible renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Buscan evitar las altas tarifas arancelarias impuestas a quienes no cumplen con las reglas de origen del acuerdo. Además, mantienen un perfil bajo para no generar tensiones con el gobierno estadounidense.

El futuro de Morelos se presenta incierto. La salida de Nissan deja una herida profunda en la economía estatal. La tarea del gobierno local es enorme: debe generar confianza en los inversionistas, impulsar la creación de empleos y diversificar la economía para evitar una mayor dependencia de un solo sector. El tiempo apremia y la población morelense espera respuestas contundentes.

Fuente: El Heraldo de México