Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Seguridad

7 de agosto de 2025 a las 03:15

¿Sobrevivirá el Monstruo?

La sombra de Andrés Filomeno Mendoza, el infame "Monstruo de Atizapán", vuelve a cernirse sobre la opinión pública. Tras las rejas del penal de Tenango, donde cumple condena por una serie de crímenes que estremecieron al Estado de México, su salud se ha deteriorado significativamente. Una afección respiratoria lo obligó a ser trasladado de urgencia al centro Adolfo López Mateos este miércoles 6 de agosto. El silencio oficial en torno a su estado de salud es casi tan denso como el misterio que aún rodea sus atroces actos. La Secretaría de Salud y las autoridades penitenciarias se han mantenido herméticas, escudándose en el "status legal" del recluso para justificar la reserva de información.

Sin embargo, fuentes extraoficiales sugieren un cuadro desalentador. El otrora temido depredador, ahora un anciano frágil y enfermo, se encuentra prácticamente solo. El abandono familiar es total. Ningún pariente lo visita, nadie le provee de artículos personales, ni siquiera recibe apoyo económico para cubrir sus necesidades básicas. Este aislamiento, sumado a la precariedad de su situación, sin duda agrava su condición médica.

La estenosis traqueal, una enfermedad respiratoria que dificulta la respiración, es el principal motivo de su ingreso al hospital de Toluca. A este padecimiento, se suman complicaciones derivadas de una neumonía bacteriana y la diabetes mellitus tipo 2 que le aqueja desde hace tiempo. Su salud ha ido en declive desde el pasado 15 de julio, y el pronóstico, aunque reservado, no parece alentador.

El equipo médico ha implementado un arsenal terapéutico para intentar estabilizarlo. Traqueotomía, venoclisis, sonda folis, soluciones parenterales, doble esquema de antibióticos, analgésicos, oxigenoterapia suplementaria y aspiración de secreciones son solo algunas de las medidas que se han tomado para combatir la enfermedad que lo consume. A pesar de los esfuerzos, la incertidumbre persiste.

La figura de Andrés Filomeno Mendoza se ha convertido en un símbolo del horror. Sus crímenes, marcados por la crueldad y la perversidad, conmocionaron a la sociedad mexicana. Hasta febrero de 2024, acumulaba ocho sentencias condenatorias por feminicidio y desaparición, la última de ellas por 55 años de cárcel. El macabro hallazgo de más de cuatro mil trescientos restos óseos en su propiedad, tras su detención en mayo de 2021 por el caso de Reyna, una de sus víctimas, reveló la magnitud de su depravación.

Hoy, postrado en una cama de hospital, el "Monstruo de Atizapán" enfrenta su propia batalla. Lejos de la impunidad que por tanto tiempo lo protegió, se encuentra a merced de la enfermedad y el abandono. Su futuro, incierto y sombrío, refleja la decadencia de un hombre que sembró el terror y ahora cosecha las consecuencias de sus actos. El caso de Andrés Filomeno Mendoza nos obliga a reflexionar sobre la naturaleza del mal y la importancia de la justicia, no solo para las víctimas y sus familias, sino también para la sociedad en su conjunto. La memoria de las mujeres que perdieron la vida a manos de este criminal debe ser un recordatorio constante de la necesidad de luchar contra la violencia de género y construir un mundo más justo y seguro para todas.

Fuente: El Heraldo de México