La tragedia ha golpeado a la comunidad católica de Veracruz. El padre Edgardo Camilo Antonio, un hombre de fe y servicio, perdió la vida en la madrugada del 5 de agosto, víctima de la furia desatada por la onda tropical número 20. Su camioneta, arrastrada por la impetuosa corriente del arroyo La Pita, en San Juan Evangelista, se convirtió en un triste recordatorio de la fuerza implacable de la naturaleza. El padre Camilo, perteneciente a la Diócesis de San Andrés Tuxtla, se dirigía de regreso a su hogar en Catemaco tras una visita familiar a Nuevo Ixcatlán. Un trayecto que realizaba con frecuencia, convertido ahora en su último viaje.

Las intensas precipitaciones que azotan la región desde hace días habían transformado el apacible arroyo en un torrente embravecido. En el kilómetro 5 de la carretera La Lima-Villa Juanita, la camioneta Nissan blanca del padre Camilo fue sorprendida por la crecida, sin darle tiempo a reaccionar. A pesar de los esfuerzos de tres acompañantes que lograron ponerse a salvo, el sacerdote quedó atrapado en el vehículo, sucumbiendo a la fuerza del agua.

Por más de diez horas, bajo la lluvia incesante, personal de Protección Civil y elementos de la Policía Municipal de San Juan Evangelista libraron una batalla contra la corriente para recuperar el cuerpo del padre Camilo. Una labor titánica que refleja la solidaridad y el compromiso de estos hombres y mujeres ante la adversidad. Finalmente, los restos del querido párroco fueron rescatados, dejando un profundo vacío en la comunidad que servía con devoción.

Esta tragedia pone de manifiesto la vulnerabilidad de las comunidades ante los embates de la naturaleza, exacerbados por el cambio climático. Las lluvias torrenciales han dejado un rastro de destrucción en San Juan Evangelista, con caminos cortados, viviendas inundadas y pérdidas materiales significativas. La solidaridad de los veracruzanos se hace ahora más necesaria que nunca para apoyar a las familias afectadas y reconstruir lo perdido.

La onda tropical número 20, responsable de esta desgracia, también ha causado estragos en otras zonas del estado, incluyendo Xalapa, Coatepec, Banderilla, Emiliano Zapata y la conurbada Veracruz-Boca del Río. Las inundaciones en calles y avenidas han afectado la vida cotidiana de miles de personas, recordándonos la importancia de la prevención y la preparación ante estos eventos climáticos cada vez más frecuentes e intensos.

El fallecimiento del padre Edgardo Camilo Antonio es una pérdida irreparable para la Iglesia y para la comunidad veracruzana. Su memoria permanecerá viva en el corazón de quienes lo conocieron y se beneficiaron de su entrega y servicio. Que su ejemplo de fe y amor al prójimo inspire a la unidad y la solidaridad en estos momentos difíciles. La Diócesis de San Andrés Tuxtla ha anunciado una misa en su honor, para que la comunidad pueda despedirse y orar por el eterno descanso de su alma. Se invita a todos los feligreses a unirse en oración y a brindar apoyo a las familias afectadas por esta tragedia. La solidaridad y la fe son los pilares que nos ayudarán a superar este doloroso momento y a reconstruir nuestro futuro.