
7 de agosto de 2025 a las 12:25
México Brilla en la BMV
La relocalización industrial, también conocida como nearshoring, continúa posicionando a México como un imán para la inversión extranjera, a pesar de las turbulencias que sacuden la economía global. Esta afirmación, respaldada por Gonzalo Robina, miembro del Comité Técnico de Fibra Next, cobra especial relevancia en el contexto actual de tensiones comerciales y geopolíticas. No se trata solo de una ola pasajera, sino de una tendencia que promete consolidarse en el futuro cercano, una "segunda ola" de nearshoring que, según Robina, se manifestará con fuerza una vez se disipen las incertidumbres generadas por las actuales disputas arancelarias.
Este optimismo se fundamenta en la innegable ventaja geográfica de México, con sus 3,500 kilómetros de frontera con Estados Unidos, una proximidad que facilita el intercambio comercial y reduce los costos logísticos. En un mundo cada vez más complejo e interconectado, la cercanía se convierte en un activo invaluable. Mientras que la producción en países como China se encarece, y las cadenas de suministro globales se enfrentan a crecientes desafíos, México emerge como una alternativa confiable y eficiente para las empresas que buscan optimizar sus operaciones.
La previsión de Robina no se limita a la simple proximidad geográfica. El experto vislumbra un futuro en el que México y Estados Unidos se consolidan como una potencia económica binacional, una visión compartida por figuras influyentes del mundo financiero como Marc Jeffrey Rowan, director de Apollo Global Management. Esta sinergia, impulsada por la necesidad mutua de intercambio y la complementariedad de sus economías, se presenta como una oportunidad histórica para el desarrollo de México.
Es cierto que el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) podría experimentar ajustes y "apretones de cuerdas", como los describe Robina. Sin embargo, la convicción del experto es que México saldrá fortalecido de estas negociaciones, aprovechando su posición estratégica para capitalizar las oportunidades que se presenten. La demanda de manufacturas mexicanas en Estados Unidos, impulsada por la creciente competitividad de México frente a otros mercados, se perfila como un motor clave para el crecimiento económico del país.
Si bien Fibra Next, con sus activos concentrados principalmente en el centro del país y enfocados en logística y almacenamiento, no depende directamente del nearshoring, el análisis de Robina ofrece una perspectiva valiosa sobre el panorama económico de México. Su visión, sustentada en la coyuntura global y en la innegable interdependencia entre México y Estados Unidos, pinta un futuro prometedor para la inversión y el desarrollo industrial en el país. La relocalización industrial no es solo una tendencia pasajera, sino una transformación estructural que promete redefinir el papel de México en la economía global. Y en este escenario, la cercanía, la eficiencia y la estabilidad se convierten en las cartas ganadoras de México.
Fuente: El Heraldo de México