
7 de agosto de 2025 a las 15:45
Gasolinazo: ¿Duele en tu bolsillo?
El fantasma de la inflación sigue acechando nuestros bolsillos, y una vez más, la gasolina se convierte en protagonista. Diecisiete semanas. Esa es la cifra que marca la ausencia del estímulo fiscal al IEPS para la Magna, Premium y Diésel. Diecisiete semanas en las que los conductores mexicanos hemos absorbido el 100% de este impuesto, un peso que, sin duda, se siente al final del mes. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) lo ha confirmado a través del DOF: la situación se mantendrá, al menos, hasta el 8 de agosto de 2025. Un panorama que nos obliga a preguntarnos, ¿hasta cuándo? ¿Cuánto tiempo más tendremos que afrontar este gasto sin el alivio del estímulo fiscal?
Y mientras el futuro del estímulo permanece incierto, el presente nos golpea con la volatilidad de los precios. Si bien esta semana la Magna, el Diésel y el gas natural vehicular se mantuvieron estables, la Premium registró un ligero incremento. Un centavo, dirán algunos. Pero en la suma de los litros, en la repetición semanal de llenar el tanque, ese centavo se traduce en una cantidad considerable que, para muchas familias mexicanas, representa un sacrificio.
No podemos ignorar que el precio de la gasolina impacta directamente en nuestra economía familiar. Desde el transporte diario al trabajo o la escuela, hasta las compras del supermercado o las visitas a familiares, el combustible es un elemento esencial en nuestra vida cotidiana. Y cada incremento, por pequeño que parezca, erosiona nuestro poder adquisitivo.
La variación regional en los precios añade otra capa de complejidad a este escenario. Mientras en la Ciudad de México el precio se mantiene en X pesos por litro (insertar precio actual), en Jalisco encontramos una diferencia de Y pesos (insertar diferencia y precio actual), y en Nuevo León la situación es Z (insertar información relevante). Estas diferencias, aunque a veces mínimas, reflejan las particularidades de cada mercado y nos obligan, como consumidores, a estar informados y buscar las mejores opciones.
Ante este panorama, la labor de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se vuelve fundamental. Su programa de verificación en gasolineras a lo largo del país nos brinda una garantía de que se están respetando los precios y las normas. Sin embargo, la responsabilidad también recae en nosotros, los consumidores. Debemos estar atentos, comparar precios, denunciar irregularidades y, sobre todo, exigir transparencia en el manejo de este recurso tan vital para nuestra economía.
¿Qué podemos hacer ante esta situación? La respuesta no es sencilla. Planificar nuestros viajes, explorar alternativas de transporte, incluso considerar vehículos más eficientes en el consumo de combustible, son algunas de las medidas que podemos tomar. Pero más allá de las acciones individuales, es necesario un diálogo abierto y transparente entre las autoridades y la ciudadanía. Necesitamos entender las razones detrás de esta política de precios y, sobre todo, necesitamos soluciones que alivien el impacto en la economía de las familias mexicanas. El costo de la gasolina no es solo un número en una pantalla, es una realidad que nos afecta a todos.
Fuente: El Heraldo de México