El eco de "doña Florinda" resuena aún en los oídos de Florinda Meza, no como un aplauso, sino como un abucheo ensordecedor. La reciente presentación de Carlos Villagrán en Lima, Perú, ha reavivado la polémica que persigue a la actriz de 74 años, transformando el nombre de su icónico personaje en un grito de desaprobación. ¿Qué ha sucedido para que el cariño del público se transforme en este rechazo casi visceral? La respuesta, como un complejo rompecabezas, se compone de varias piezas.

La gira de despedida de Villagrán, “Kiko y el mega circus”, se ha convertido en un escenario inesperado para este nuevo capítulo de la saga que parece perseguir a los actores de "El Chavo del 8". La interacción con el público, que en principio buscaba la nostalgia y la celebración de una carrera, se tornó agria cuando Villagrán pronunció el nombre de "doña Florinda". El abucheo inmediato, alentado por el propio comediante, deja entrever una herida profunda en el imaginario colectivo, una percepción negativa hacia Florinda Meza que se alimenta de diversos factores.

El peso del pasado, sin duda, juega un papel crucial. La bioserie "Chespirito: sin querer queriendo" reabrió viejas heridas al exponer la relación sentimental entre Meza y Roberto Gómez Bolaños "Chespirito". Un romance que, en su momento, estuvo rodeado de controversia por las circunstancias en las que se dio, y que ahora, con la perspectiva del tiempo, sigue generando debate. La serie, lejos de apaciguar los ánimos, parece haber avivado el resentimiento de algunos, quienes ven en Florinda Meza a la responsable de la ruptura del primer matrimonio de "Chespirito".

Pero la historia es aún más compleja. Los rumores de romances previos con otros miembros del elenco, como el propio Carlos Villagrán y Enrique Segoviano, contribuyen a la construcción de una imagen controvertida alrededor de la actriz. Estos episodios, reavivados por la bioserie y amplificados por las redes sociales, se convierten en munición para quienes la critican.

El video del incidente en Lima, viralizado en plataformas como Instagram y Twitter, ha actuado como un catalizador, exponiendo la fragilidad de la imagen pública de Florinda Meza. Las palabras de Villagrán, "ojalá que le llegue a las orejas a la vieja roñosa", lejos de ser un comentario jocoso, han echado leña al fuego, alimentando la ola de críticas y reforzando la imagen negativa que algunos tienen de la actriz.

¿Es justo este juicio público? ¿Se ha convertido Florinda Meza en víctima de una campaña de desprestigio? La respuesta no es sencilla. Lo cierto es que el incidente en Lima pone de manifiesto la complejidad de la relación entre los actores de "El Chavo del 8" y la persistencia de viejas rencillas que, con el paso del tiempo, parecen agravarse. La figura de doña Florinda, encarnada por Meza, se ha convertido en un símbolo, un blanco de proyecciones y resentimientos que van más allá de la ficción. El abucheo no es solo para el personaje, sino para la persona, para una historia de vida que, a la luz pública, sigue generando controversia y alimentando el debate. ¿Será posible, alguna vez, separar a la actriz del personaje y juzgarla sin el peso de un pasado que, como una sombra, la persigue?