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7 de agosto de 2025 a las 06:30
Adidas vs. Oaxaca: ¿Robo cultural?
La industria de la moda, una vez más, se encuentra en el ojo del huracán. El reciente lanzamiento de los "Oaxaca Slip On" de Adidas, en colaboración con Willy Chavarría, ha desatado una ola de indignación y controversia. No se trata simplemente de una “inspiración”, como algunos intentan justificar, sino de una apropiación cultural que ignora, de manera flagrante, el trabajo y la herencia de los artesanos de Villa Hidalgo Yalalag, Oaxaca. Estos huaraches, lejos de ser una simple prenda de vestir, representan una profunda conexión con la historia, la identidad y la cosmovisión zapoteca. Cada tejido, cada detalle, es un testimonio vivo de una tradición milenaria que se transmite de generación en generación. ¿Cómo es posible que una multinacional, con todos sus recursos y su poder, se apropie de este legado sin el consentimiento de la comunidad que lo creó?
La respuesta del gobernador Salomón Jara Cruz y de la Seculta de Oaxaca ha sido contundente. No se trata solo de proteger los diseños, sino de defender la dignidad de un pueblo. Se trata de reconocer el valor intrínseco de la cultura y de exigir respeto por los derechos colectivos de las comunidades indígenas. Las conversaciones con las autoridades de Villa Hidalgo Yalalag y la posible denuncia contra Adidas son un paso importante en la lucha contra la impunidad y la explotación. Es un llamado a la justicia y a la responsabilidad social de las empresas.
Este caso, lamentablemente, no es un hecho aislado. El historial de apropiación cultural en la industria de la moda es extenso y preocupante. Carolina Herrera, Isabel Marant, Zara… la lista de marcas que han utilizado diseños mexicanos sin autorización es larga y vergonzosa. Estos actos, más allá de la simple copia de un diseño, representan una profunda falta de respeto hacia las comunidades originarias. Borran la historia, silencian las voces y se benefician económicamente del trabajo ajeno.
La Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, promulgada en 2022, es una herramienta fundamental para combatir este tipo de prácticas. Las multas establecidas son una señal clara de que la apropiación cultural no quedará impune. Sin embargo, más allá de las sanciones económicas, es necesario un cambio de paradigma en la industria de la moda. Se necesita una verdadera comprensión del valor de la cultura y un compromiso genuino con el respeto a los derechos de las comunidades indígenas.
La colaboración, el diálogo y el reconocimiento son la clave para construir un futuro más justo y equitativo. Las marcas deben entender que la inspiración no puede ser sinónimo de apropiación. Deben aprender a trabajar de la mano con las comunidades, a valorar sus conocimientos y a retribuir de manera justa su aporte. Solo así podremos construir una industria de la moda que celebre la diversidad cultural y promueva el desarrollo sostenible. El caso de los "Oaxaca Slip On" debe servir como un llamado de atención para toda la industria. Es hora de dejar de lucrar con la cultura ajena y empezar a valorar la riqueza que las comunidades indígenas aportan al mundo. Es hora de escuchar sus voces, respetar sus derechos y construir un futuro donde la creatividad y la tradición se celebren en armonía.
Fuente: El Heraldo de México