
Inicio > Noticias > Narcotráfico
6 de agosto de 2025 a las 18:50
Sheinbaum: Zhang, capo del fentanilo, iba a ser extraditado
La fuga de Zhi Dong Zhang, el presunto proveedor de fentanilo a cárteles mexicanos, ha destapado una compleja red de narcotráfico internacional y ha puesto en relieve la delicada cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado. Su captura inicial en octubre de 2024, en un operativo coordinado que desmanteló parte de su infraestructura en Lomas de Santa Fe, parecía un gran triunfo. Imaginen la meticulosa labor de inteligencia: el seguimiento, la vigilancia, el análisis de datos, la coordinación entre distintas agencias, todo culminando en ese golpe certero. Sin embargo, la posterior evasión de la custodia de la Guardia Nacional en julio de 2025 plantea interrogantes cruciales sobre la seguridad de los centros de detención y la posibilidad de complicidades internas. ¿Cómo pudo un individuo acusado de delitos tan graves, y a la espera de extradición a Estados Unidos, burlar la seguridad y desaparecer sin dejar rastro? Esta fuga no solo representa un revés en la lucha contra el narcotráfico, sino que también siembra dudas sobre la capacidad del sistema para retener a criminales de alta peligrosidad.
La magnitud de las operaciones atribuidas a Zhi Dong Zhang es asombrosa. Se habla de miles de kilogramos de cocaína, fentanilo y metanfetaminas distribuidos por todo el mundo, desde América hasta Europa y Asia. Una red de tal envergadura requiere una logística compleja, conexiones con organizaciones criminales en diversos países y el manejo de cantidades ingentes de dinero. Las autoridades estiman que sus ganancias ilícitas superaban los 150 millones de dólares anuales. Esta cifra descomunal nos da una idea del poder económico que alcanzan estas redes criminales y la dificultad que entraña desmantelarlas por completo. La colaboración internacional se vuelve esencial, pero la fuga de Zhang demuestra que incluso con la mejor coordinación, existen vulnerabilidades que pueden ser explotadas.
La postura de México en contra de la pena de muerte, reiterada por la presidenta Claudia Sheinbaum, añade otra capa de complejidad a la relación bilateral con Estados Unidos. La extradición de narcotraficantes a un país donde podrían enfrentar la pena capital genera tensiones y debates éticos. Si bien los tratados de extradición establecen la reciprocidad y excluyen la aplicación de la pena de muerte en estos casos, la cuestión sigue siendo un punto sensible. La negativa de Estados Unidos a solicitar la pena de muerte para capos como “El Mayo” Zambada, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo genera especulaciones sobre posibles acuerdos y negociaciones. ¿Se trata de una estrategia para obtener información o de un cambio en la política estadounidense? La falta de transparencia en estos procesos alimenta las teorías y la desconfianza.
La pregunta sobre si existe un acuerdo similar al de Ovidio Guzmán con estos tres capos permanece sin respuesta. Las autoridades mexicanas niegan tener conocimiento de tales acuerdos, pero la opacidad que rodea estas negociaciones deja espacio para la duda. La lucha contra el narcotráfico es una batalla compleja y multifacética, donde la cooperación internacional, la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales. La fuga de Zhi Dong Zhang y las interrogantes que la rodean nos recuerdan la magnitud del desafío y la necesidad de fortalecer las instituciones y los mecanismos de colaboración para combatir eficazmente este flagelo.
Fuente: El Heraldo de México