
6 de agosto de 2025 a las 09:15
Revolución Judicial: Nueva Era
Se acerca un cambio trascendental en el panorama jurídico mexicano: el inicio de la Duodécima Época Judicial. A partir del 1 de septiembre de 2025, nueve nuevos ministros y ministras tomarán las riendas de la jurisprudencia nacional, marcando un hito en la interpretación de las leyes y sentando las bases para la justicia en todo el país. Esta renovación no se limita a la Suprema Corte, sino que se extiende a los Plenos Regionales y Tribunales Colegiados, configurando un nuevo orden jurídico con implicaciones profundas para todos.
La llegada de estos nuevos integrantes trae consigo la enorme responsabilidad de equilibrar la seguridad y certeza jurídicas con la necesidad de una justicia más accesible y comprensible para la sociedad. El desafío radica en construir una jurisprudencia humanista, que se aleje de tecnicismos abstrusos y se acerque a la realidad de los justiciables, logrando que las resoluciones judiciales sean percibidas como justas y, por ende, legitimando el cambio en el Poder Judicial.
La tarea no es sencilla. La percepción de una justicia elitista, accesible solo para quienes poseen recursos, ha sido una constante en la historia de México desde la Revolución de 1910. La Duodécima Época Judicial tiene la oportunidad de romper con este paradigma y construir una jurisprudencia social con un marcado énfasis democrático, que abarque a todos los sectores de la población sin excepción.
Ningún área del derecho, ya sea penal, civil, administrativa o laboral, y ningún actor social, ya sea del sector privado, público o social, puede quedar excluido de esta revitalización de la jurisprudencia. El objetivo es claro: avanzar hacia una justicia completa e imparcial que responda a las necesidades y anhelos de un país en constante evolución.
El nuevo Poder Judicial cuenta con un bono democrático que debe traducirse en una mayor seguridad jurídica con perspectiva social. Familias, empresas, sindicatos, campesinos, inversionistas, todos necesitan un panorama claro de sus derechos y obligaciones, de lo que se puede y no se puede hacer. La jurisprudencia, como la brújula que guía la interpretación de las leyes, juega un papel fundamental en la consecución de este objetivo.
La diversidad de perfiles de los nuevos integrantes del Poder Judicial enriquece el debate jurídico y plantea un reto apasionante: encontrar, con apego a derecho, fallos y jurisprudencias que armonicen las visiones individuales y construyan una comprensión integral de los fenómenos jurídicos. Este esfuerzo colectivo será la clave para una jurisprudencia sólida y representativa de la pluralidad del país.
En definitiva, la Duodécima Época Judicial llega cargada de expectativas. El éxito de esta transformación dependerá de la capacidad del Poder Judicial para construir una jurisprudencia que proteja los derechos humanos consagrados en nuestra Carta Magna y que, al mismo tiempo, responda a las demandas de justicia de una sociedad que anhela un futuro más equitativo y justo. El camino está trazado, y el momento de construir un nuevo paradigma jurídico es ahora.
Fuente: El Heraldo de México