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6 de agosto de 2025 a las 08:15

Pez Volador Inicia Incendio Forestal

La pequeña comunidad de Ashcroft, en la Columbia Británica, aún no sale de su asombro. Lo que comenzó como un incendio forestal común y corriente, rápidamente se convirtió en la comidilla de todo Canadá, y no es para menos. Imaginen la escena: llamas crepitando, el humo ascendiendo hacia el cielo y, en medio de la devastación, ¡un pez! Sí, un pez chamuscado, yaciente sobre la tierra quemada, como el protagonista inesperado de una película surrealista.

El Departamento de Bomberos de Ashcroft, todavía perplejos por el hallazgo, no tardaron en compartir la noticia en Facebook. "Una rápida investigación reveló la causa del incendio. Se determinó que fue un pez", anunciaron, desatando una oleada de incredulidad, risas y teorías conspirativas en las redes sociales. ¿Un pez piromaníaco? ¿Un experimento científico fallido? ¿Una señal del apocalipsis? Las especulaciones volaban tan rápido como las chispas del incendio.

Las imágenes, captadas por fotógrafos de agencias y por los propios bomberos, mostraban al infortunado pez, de un tamaño considerable, carbonizado sobre el pasto seco. Parecía una broma pesada, una imagen sacada de un meme, pero era real. Tan real como el apagón que sufrió la zona a causa del cortocircuito provocado por la caída del animal sobre la línea eléctrica.

La noticia, por supuesto, corrió como la pólvora. Periódicos, televisiones y portales web de todo el país se hicieron eco de la insólita historia. Ashcroft, un tranquilo municipio canadiense, se convirtió de la noche a la mañana en el centro de atención mediática, todo gracias a un pez volador y una línea eléctrica.

Ante la avalancha de preguntas y el creciente escepticismo, los bomberos se vieron obligados a ampliar su informe. "Sí, leíste bien, el pez tuvo un viaje increíble", reiteraron en Facebook, añadiendo una dosis de humor al misterio. La explicación, aunque sorprendente, tenía una lógica aplastante: un águila pescadora, habitante habitual de la zona, había capturado al pez en el cercano río Thompson, ubicado a unos 3 kilómetros del lugar del incendio. Al parecer, el ave, cansada por el peso de su presa y agobiada por el calor extremo que azotaba la región, decidió soltar al pez en pleno vuelo. Una desafortunada coincidencia quiso que el animal cayera justo sobre la línea eléctrica, provocando el cortocircuito y el posterior incendio.

La teoría del águila pescadora, aunque plausible, no ha convencido a todos. En las redes sociales, algunos usuarios siguen bromeando con la posibilidad de que el ave, harta del pescado crudo, quisiera probarlo a la brasa. Otros, más imaginativos, hablan de un sacrificio ritual a los dioses del fuego o de una nueva especie de pez volador electrificado.

Sea cual sea la verdad, el caso del pez incendiario de Ashcroft quedará grabado en los anales de las noticias insólitas. Una historia que demuestra que, a veces, la realidad supera a la ficción, y que incluso un simple pez puede convertirse en el protagonista de una aventura digna de ser contada. Y recordada, con una mezcla de asombro y humor, por mucho tiempo.

Fuente: El Heraldo de México