La salida de Olivia Collins de La Casa de los Famosos México 3 no solo marcó la primera eliminación de esta temporada, sino que también abrió la puerta a revelaciones escalofriantes sobre su vida. Más allá de las estrategias y las dinámicas del reality, la actriz ha compartido experiencias paranormales que han dejado a la audiencia con la piel de gallina. Su testimonio sobre una posesión demoníaca, relatado con una mezcla de vulnerabilidad y terror, ha generado un torbellino de especulaciones y preguntas.

En una conversación con Wendy Guevara y Ricardo Margaleff durante la pre-gala, Olivia se adentró en este oscuro episodio de su vida. Con un tono de voz que denotaba la seriedad del tema, explicó que su experiencia se debió a una conexión con "diferentes planos", donde las energías, tanto de luz como de oscuridad, pueden manifestarse. Olivia, quien se considera una persona "luminosa", fue presa de una entidad maligna que la atrapó en una experiencia aterradora.

"Es un tema muy serio… tengo percepciones más allá de lo normal", confesó Olivia, describiendo cómo esta entidad se apoderó de ella. La actriz mencionó su "chakra abierto" ubicado en la nuca, sugiriendo que este punto energético pudo ser la puerta de entrada para la entidad. La lucha interna que vivió fue palpable en su relato: "Me atrapó algo muy fuerte y tuve que pedir ayuda”. El recuerdo de la experiencia todavía le produce escalofríos, calificándola como "muy desagradable".

Olivia relató cómo su cuerpo se convertía en un mero recipiente, conectado a ella por un "cordón umbilical", mientras su conciencia se mantenía alejada, observando los eventos con horror e impotencia. Su hermano, a pesar de ser escéptico, quedó impactado por lo que presenció. La interrupción abrupta de Wendy Guevara impidió que Olivia profundizara en los detalles, dejando a la audiencia con una sed insaciable por conocer más sobre este aterrador encuentro.

Sin embargo, durante su breve estancia en la casa, Olivia compartió con Alexis Ayala y "El Guana" detalles aún más perturbadores sobre esta posesión. Habló de fiebres altísimas que la llevaron al hospital, resistentes a cualquier tratamiento médico. "Me empezaron a dar unas temperaturas de 40 grados… yo dije ‘me voy a morir’", confesó, describiendo una serie de eventos extraños que culminaron con la ominosa presencia de una entidad demoníaca que se identificó como "El Chacal". Olivia sintió que perdía el control de su propio ser: "Me dominó, me sometió como que yo ya no era yo…".

Para liberar a Olivia de las garras de esta entidad, se requirió un ritual impactante. La actriz, con las manos marcadas por estigmas producto del shock, fue sujetada por cuatro hombres mientras hablaba en arameo y expulsaba espuma por la boca. La imagen que pinta es escalofriante, un exorcismo en toda regla. La pregunta que queda en el aire es si esta experiencia marcó a Olivia para siempre. ¿Cómo afectó su vida este encuentro con lo sobrenatural? ¿Seguirá siendo perseguida por las sombras del pasado?

La historia de Olivia Collins nos recuerda que, más allá del brillo y el glamour del mundo del espectáculo, existen realidades ocultas, misterios que nos hacen cuestionar los límites de nuestra comprensión. Su valentía al compartir esta experiencia tan personal nos invita a reflexionar sobre la existencia de lo paranormal y la fragilidad de la condición humana frente a lo desconocido. El eco de las palabras de Olivia, "soy el chacal", resonará en la mente de la audiencia, recordándonos que a veces, la realidad supera la ficción.