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6 de agosto de 2025 a las 09:45

¡Lactancia materna: una necesidad para el 60%!

El milagro de la vida se nutre desde el primer instante. Desde el momento del nacimiento, el cuerpo de la madre orquesta una sinfonía de nutrientes, protección y amor en forma de leche materna, un alimento único e irremplazable diseñado específicamente para las necesidades del recién nacido. Esta sustancia, mucho más que un simple alimento, es un escudo protector, un bálsamo de consuelo y el pilar fundamental para un desarrollo integral, tanto físico como emocional y cognitivo. Sin embargo, a pesar de su trascendental importancia, en México la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida solo alcanza a un 34.2% de los bebés, una cifra que nos invita a reflexionar sobre los retos que enfrentamos como sociedad para garantizar este derecho fundamental.

La leche materna es un fluido dinámico, en constante evolución, que se adapta a las necesidades específicas de cada bebé. No es lo mismo la leche que recibe un pequeño prematuro, luchando por ganar peso y fuerza, que la que nutre a un bebé nacido a término. Cada gota contiene una combinación precisa de anticuerpos, vitaminas, minerales y nutrientes que no solo alimentan, sino que también protegen contra enfermedades, fortalecen el sistema inmunológico y sientan las bases para una vida saludable. Imaginen un alimento capaz de modificar su composición para ajustarse a las necesidades cambiantes del niño, ¡eso es la leche materna!

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, instituciones dedicadas a velar por el bienestar infantil, recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. Esto significa que, idealmente, el bebé no debería recibir ningún otro alimento o líquido, ni siquiera agua, durante este periodo. A partir del sexto mes, se pueden empezar a introducir alimentos complementarios, pero sin abandonar la lactancia materna, que idealmente debería continuar hasta los dos años o más, dependiendo de las necesidades del pequeño y la decisión de la madre. Esta práctica, además de beneficiar al bebé, también impacta positivamente en la salud materna, reduciendo el riesgo de enfermedades como la diabetes tipo 2, el cáncer de mama y de ovario. Además, facilita la recuperación posparto y contribuye a la pérdida de peso.

A pesar de los beneficios ampliamente documentados, las madres mexicanas enfrentan obstáculos para ejercer su derecho a amamantar. La falta de apoyo en el ámbito laboral es una de las principales barreras. Si bien la ley garantiza licencias de maternidad y descansos para la lactancia, muchas mujeres no cuentan con las condiciones adecuadas para extraer y conservar su leche en sus lugares de trabajo, lo que las obliga a interrumpir la lactancia prematuramente.

Las cifras son alarmantes: si todos los bebés del mundo recibieran lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, se podrían salvar hasta 820 mil vidas infantiles cada año. Además, se reduciría significativamente el riesgo de muerte súbita infantil. En México, el costo económico de una lactancia inadecuada se estima entre 11 mil y 36 mil millones de pesos anuales, una cifra que refleja el impacto de las enfermedades prevenibles asociadas al abandono de esta práctica.

Ante este panorama, la innovación tecnológica se presenta como una aliada. Código LactancIA, una plataforma digital impulsada por instituciones como Unicef, el IMSS y el Instituto Nacional de Salud Pública, utiliza la inteligencia artificial para monitorear y combatir la publicidad que viola el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna. Esta herramienta busca frenar la promoción encubierta de fórmulas infantiles en redes sociales y medios digitales, protegiendo así a las madres de la información engañosa y empoderándolas para tomar decisiones informadas sobre la alimentación de sus hijos.

La lactancia materna es un derecho, una responsabilidad y un acto de amor que merece ser protegido y promovido. Es una inversión en la salud presente y futura de nuestros niños y niñas, y una apuesta por un México más saludable y próspero.

Fuente: El Heraldo de México