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6 de agosto de 2025 a las 09:15

Justicia social: Ingresos récord sin subir impuestos.

La transformación silenciosa que está viviendo México en materia fiscal es un testimonio de que un cambio real es posible sin recurrir a las viejas recetas de austeridad que tanto daño han causado. Por años, se nos dijo que la única forma de mejorar las finanzas públicas era apretándole el cinturón a la gente, subiendo impuestos a productos básicos como alimentos y medicinas, y recortando programas sociales. Se nos pintó un panorama desolador donde la única salida era el sacrificio de la mayoría. Sin embargo, la Cuarta Transformación ha demostrado que existe otra vía, una vía que prioriza la justicia y la eficiencia, una vía que no castiga al pueblo, sino que exige a los grandes contribuyentes que cumplan con su responsabilidad.

El reciente anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la recaudación fiscal federal, que alcanzó la histórica cifra de 3.64 billones de pesos, es una prueba contundente de que esta nueva política fiscal está funcionando. Un crecimiento real del 9.3% con respecto al año pasado, sin aumentar impuestos a la población general, es un logro que merece ser reconocido y analizado. Este éxito no es producto de la magia, sino del trabajo constante y estratégico del SAT, particularmente de su Plan Maestro de Fiscalización, que ha puesto la lupa sobre las grandes empresas y corporativos, asegurándose de que contribuyan con lo que les corresponde por ley. En esencia, se trata de aplicar la justicia fiscal: que quien más gana, más aporte al desarrollo del país.

Este enfoque progresista permite que México financie derechos fundamentales sin recurrir al endeudamiento ni comprometer la estabilidad económica. Las becas para estudiantes, las pensiones para adultos mayores, los apoyos al campo, las obras estratégicas y los servicios públicos que benefician a todos los mexicanos, no son producto de las recetas neoliberales del pasado, sino de una gestión honesta, eficiente y con una clara visión humanista del dinero público. Lejos de las predicciones catastróficas de algunos sectores, no hay crisis fiscal, sino un margen de ingresos récord que nos permite invertir en el bienestar de la población.

Un ejemplo emblemático de esta política socialmente responsable es la "tasa cero" de IVA en alimentos y medicinas. Esta medida, que implica que la Federación dejará de recaudar el equivalente al 1.57% del PIB entre 2025 y 2026, no es una "pérdida" como la oposición pretende presentarla, sino una inversión social estratégica. Proteger el ingreso de las familias más vulnerables y combatir la pobreza son prioridades que no pueden ser negociadas. Mientras los gobiernos anteriores condonaban miles de millones de pesos en impuestos a las grandes empresas, la 4T ha decidido invertir en quienes más lo necesitan.

La diferencia radica en la filosofía de gobierno. En lugar de "ajustarle el cinturón" al pueblo, como proponía la oposición, se han corregido los privilegios fiscales de los que más tienen y se ha fortalecido al Estado desde abajo. Este es el verdadero significado de una política fiscal progresiva: un gobierno que sirve al pueblo y que garantiza que el dinero alcance para todas y todos. Los resultados son innegables: ingresos récord sin subir impuestos, inversión social sin endeudamiento y justicia fiscal sin privilegios, todo esto acompañado de una disminución histórica en la pobreza y un aumento en los ingresos de las familias mexicanas. Gobernar con principios, con visión social y con el pueblo en el centro, marca la diferencia.

El próximo periodo legislativo y la conformación del nuevo paquete fiscal serán cruciales para consolidar estos avances. Desde el Senado, Morena continuará trabajando para asegurar que la política tributaria siga siendo justa, sin privilegios, y que cada peso gastado contribuya a la construcción de un México más justo y equitativo para todos.

Fuente: El Heraldo de México