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7 de agosto de 2025 a las 02:45

Justicia para Ángel: Un crimen que México no olvida

La consternación envuelve a Los Reyes La Paz. La tragedia se cierne sobre la comunidad tras el descubrimiento del cuerpo sin vida de Fernando, un niño de tan solo cinco años, víctima de una crueldad inconcebible. Mil pesos. Esa fue la cifra que selló el destino del pequeño. Una deuda que su madre no pudo saldar y que desencadenó una serie de eventos que culminaron en el horror. Tres individuos, movidos por una avaricia desmedida y una falta de humanidad abrumadora, decidieron tomar al niño como garantía de pago. Una decisión que nos hiela la sangre y nos obliga a cuestionar la degradación moral a la que hemos llegado.

El 28 de julio, la pesadilla comenzó. Imaginen la angustia de esa madre, viendo cómo le arrebatan a su hijo, escuchando las amenazas, sintiendo la impotencia ante la injusticia. Días de desesperación, de súplicas, de una búsqueda frenética que terminó de la peor manera imaginable. La denuncia formal se presentó el 4 de agosto, pero el tiempo, implacable, ya había cobrado su precio.

El hallazgo del cuerpo, en estado de descomposición, dentro de bolsas en una vivienda de la colonia Ejidal del Pino, es una imagen que nos persigue. El fétido olor que guió a los agentes de la Policía Municipal hacia el pequeño Fernando es el testimonio mudo de una barbarie que nos deja sin aliento. Tres personas han sido detenidas, y ahora la justicia tiene la palabra. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) tiene la responsabilidad de esclarecer los hechos, de determinar el grado de responsabilidad de cada uno de los implicados y de aplicar todo el peso de la ley. No podemos permitir que este crimen quede impune.

La indignación se palpa en el ambiente. Vecinos y familiares se han congregado frente a la FGJEM, exigiendo justicia para Fernando. Sus voces, cargadas de dolor e impotencia, se alzan al unísono: "¡Justicia para Fernando!, ¡Los niños no se tocan!". Son gritos que resuenan en el corazón de una comunidad herida, que clama por un castigo ejemplar para los responsables de este acto atroz.

Más allá del dolor inmediato, este caso nos obliga a reflexionar. ¿Qué tipo de sociedad permite que la vida de un niño valga tan poco? ¿Cómo podemos combatir la violencia y la impunidad que nos acechan? Es necesario un cambio profundo, una transformación que parta desde la educación y los valores, que promueva la empatía y el respeto por la vida. La memoria de Fernando debe ser un recordatorio constante de la necesidad de construir un mundo más justo y seguro para nuestros niños, un mundo donde la vida sea el valor supremo y donde la crueldad no tenga cabida.

El DIF municipal ha brindado apoyo jurídico y social a la familia, pero ninguna ayuda podrá llenar el vacío que ha dejado la ausencia de Fernando. La presidenta municipal, Martha Guerrero Sánchez, ha expresado su solidaridad y su compromiso de dar seguimiento puntual al caso. Es fundamental que las autoridades cumplan con su deber y que la justicia se haga presente, no solo para castigar a los culpables, sino también para enviar un mensaje claro a la sociedad: la vida de nuestros niños es sagrada e intocable.

Fuente: El Heraldo de México