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6 de agosto de 2025 a las 22:00

Evita microplásticos: ¡Separa tus residuos!

La omnipresencia del plástico en nuestra vida cotidiana es innegable. Desde el envase del yogurt que desayunamos hasta el teclado en el que escribimos, este material ha revolucionado la industria y simplificado innumerables procesos. Sin embargo, esta comodidad tiene un precio: la generación masiva de residuos plásticos que, mal gestionados, se convierten en una amenaza para el medio ambiente. La Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC) ha alzado la voz para concienciar sobre la correcta disposición de estos residuos, un paso crucial para evitar su degradación en microplásticos, partículas minúsculas con potencial impacto en los ecosistemas y la salud.

Imaginen un mar de plástico fragmentado en millones de partículas, invisibles al ojo humano pero presentes en el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y el aire que respiramos. Estos microplásticos, menores a 5 milímetros, son un cóctel complejo de polímeros, aditivos y, a menudo, impurezas. Su origen es diverso: el desgaste de neumáticos, el lavado de ropa sintética, la degradación de envases abandonados, e incluso, la adición intencional de microesferas en productos cosméticos y de limpieza. Como señaló el Dr. Alejandro Lozano Morales, investigador del Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), durante el webinar “Hablemos de los microplásticos desde la industria y la investigación” organizado por la ANIPAC, existen microplásticos primarios, fabricados intencionalmente, y secundarios, producto de la fragmentación de piezas plásticas más grandes.

La problemática radica en la persistencia de estos microplásticos en el ambiente. A diferencia de materiales biodegradables, el plástico puede tardar siglos en descomponerse, liberando en el proceso estas partículas microscópicas. La preocupación aumenta al considerar su capacidad de integrarse en la cadena alimentaria. Organismos acuáticos ingieren microplásticos, que luego son consumidos por peces más grandes, y así sucesivamente hasta llegar a nuestra mesa. Si bien los estudios sobre los efectos de los microplásticos en la salud humana aún son preliminares, se investigan posibles impactos en diversos sistemas orgánicos, como el nervioso, digestivo y reproductivo. En animales, la toxicidad reproductiva de estas partículas ya ha sido documentada, generando serias preocupaciones sobre el equilibrio de los ecosistemas.

El Dr. Lozano Morales destacó que, aunque los plásticos ofrecen ventajas innegables en términos de ligereza y economía, su incorrecta gestión representa un riesgo latente. La degradación en microplásticos es una consecuencia directa de la exposición prolongada al ambiente. La acumulación de estas partículas en el organismo y sus potenciales efectos adversos son temas que requieren mayor investigación, pero los indicios preliminares nos instan a la precaución. Se sospecha que los microplásticos podrían afectar el sistema inmune, interferir con el metabolismo e incluso contribuir al desarrollo de ciertas enfermedades. Aunque el término "posibles impactos" aún se utiliza con cautela, la comunidad científica trabaja arduamente para comprender la magnitud real del problema.

La ANIPAC, consciente de la importancia de abordar esta problemática, ha lanzado una campaña informativa para ampliar la comprensión sobre los microplásticos. La iniciativa busca difundir información veraz y con base científica, al tiempo que da a conocer las acciones que la industria del plástico está implementando para mitigar la presencia de estas partículas en el ambiente. Este enfoque proactivo, que combina la investigación científica con la innovación tecnológica, es fundamental para construir un futuro más sostenible en el que los beneficios del plástico no se vean eclipsados por su impacto ambiental. El desafío es grande, pero la colaboración entre la industria, la ciencia y la sociedad en su conjunto es clave para encontrar soluciones efectivas y proteger nuestro planeta.

Fuente: El Heraldo de México