
6 de agosto de 2025 a las 18:20
Ávila: Ataques son represalia por destape de corrupción PAN
La polémica envuelve al diputado Arturo Ávila Anaya, quien se encuentra en el ojo del huracán tras las acusaciones del Partido Acción Nacional (PAN). El vocero de Morena en la Cámara de Diputados ha respondido con vehemencia, calificando las solicitudes de investigación del PAN como una "campaña de desprestigio" orquestada en su contra. Ávila Anaya relata una serie de supuestos "mensajes indirectos" enviados por legisladores panistas a través de sus compañeros de bancada, advirtiéndole de una inminente "guerra sucia". Esta situación, según el diputado, no es más que una represalia por sus constantes denuncias contra la presunta corrupción dentro del PAN. "Lo anuncié, convoqué una rueda de prensa y advertí sobre esta campaña", afirma, presentándose como una figura valiente que no se intimida ante las presiones.
El diputado morenista vincula directamente las acusaciones con su propuesta de crear una comisión para investigar casos de corrupción dentro del PAN. "He sido un diputado valiente, echado para adelante", insiste, sugiriendo que su postura proactiva contra la corrupción es la verdadera razón detrás de los ataques. El PAN lo acusa de haber utilizado su posición como empresario para vender equipo militar al ejército, una acusación que Ávila Anaya rechaza categóricamente. El legislador explica que la empresa que presidía, dedicada a la fabricación de vehículos militares, ha sido galardonada internacionalmente y cuenta con una trayectoria impecable. "Es una empresa grande, con más de 1,500 trabajadores, ingenieros de primera línea y con presencia en Aguascalientes, Estados Unidos, Waterloo y Bélgica", detalla, enfatizando el alcance y la solidez de la compañía.
Ávila Anaya defiende la transparencia de todos los contratos obtenidos durante su gestión al frente de la empresa, negando cualquier tipo de tráfico de influencias. Con respecto a la acusación sobre la venta del sistema de espionaje “Galileo” al ejército, el diputado morenista no solo la rechaza, sino que redobla la apuesta. Reitera su desafío al PAN, instándolos a presentar pruebas y afirmando que está dispuesto a renunciar si se demuestra su culpabilidad. Sin embargo, exige la misma contundencia por parte del PAN: si no pueden probar sus acusaciones, el dirigente nacional del partido, Jorge Romero, debería dimitir.
Esta batalla política no se limita a un simple intercambio de acusaciones. Representa un choque de fuerzas entre dos partidos con visiones encontradas. Ávila Anaya se presenta como un empresario exitoso que ha incursionado en la política para luchar contra la corrupción, mientras que el PAN lo retrata como un personaje que se beneficia de sus conexiones políticas. El futuro de esta disputa promete ser turbulento, con posibles ramificaciones que podrían afectar el panorama político nacional. La pregunta que queda en el aire es: ¿quién dice la verdad? ¿Se presentarán pruebas contundentes que respalden las acusaciones, o se trata simplemente de una estrategia política para desprestigiar al diputado? El tiempo y las investigaciones lo dirán. Mientras tanto, la tensión continúa en aumento, manteniendo a la opinión pública expectante.
Fuente: El Heraldo de México