
6 de agosto de 2025 a las 09:30
¿Alianza rota? Morena y Verde en la cuerda floja
El escenario político mexicano se torna cada vez más complejo a medida que nos acercamos al 2027. La aparente solidez de la alianza entre Morena, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y el Partido del Trabajo (PT) comienza a mostrar fisuras, abriendo un abanico de posibilidades e interrogantes sobre el futuro del panorama electoral. El éxito independiente de estos dos últimos partidos en las elecciones municipales de Veracruz y Durango ha sembrado la semilla de la duda: ¿es realmente necesaria la alianza con Morena para su supervivencia y crecimiento, o pueden, como Movimiento Ciudadano, forjar su propio camino?
Este cuestionamiento se vuelve crucial para el PVEM. Si bien los resultados en Veracruz y Durango son alentadores, la pregunta sigue en el aire: ¿tiene realmente la capacidad de competir en solitario a nivel nacional, manteniendo su peso en las cámaras y los estados? ¿Se trata de una ambición legítima basada en una nueva realidad política o de un autoengaño que podría llevarlos a un estrepitoso fracaso? El riesgo es palpable, y la decisión, crucial. Un paso en falso podría significar la pérdida de la influencia política ganada a lo largo de los años.
Dentro de Morena, la alianza con el PVEM también se encuentra bajo escrutinio. El desgaste propio de cualquier coalición, sumado a las crecientes aspiraciones del partido del tucán, han generado un ambiente de reevaluación. La relación, otrora sinónimo de fuerza y estabilidad, se percibe ahora como un posible lastre. ¿Es el fin de la alianza Morena-Verde una posibilidad real o simplemente una estrategia de presión dentro del juego político? ¿Quién necesita más a quién en esta ecuación de poder?
En medio de estas tensiones, Movimiento Ciudadano observa con atención. La posible ruptura de la alianza Morena-Verde representa una oportunidad de oro para el partido naranja, no solo de cara al 2027, sino también pensando en el 2030. Un escenario de fragmentación en la izquierda podría ser el terreno fértil que MC necesita para consolidarse como una alternativa real de poder.
Aunque el divorcio entre Morena y el PVEM parece improbable, sobre todo considerando su papel en la llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia, la historia política está llena de ejemplos de alianzas que se desmoronan de la noche a la mañana. El análisis de la situación en Palacio Nacional, con argumentos tanto a favor como en contra de la continuidad de la coalición, demuestra la complejidad del dilema.
El futuro político se presenta incierto y lleno de posibilidades. La reconfiguración de alianzas, las ambiciones individuales de los partidos y las estrategias en desarrollo prometen un periodo de intensas negociaciones y movimientos en el tablero político. El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra. Estaremos atentos a los acontecimientos que se desarrollen en los próximos meses, analizando cada movimiento, cada declaración, cada gesto, para comprender el rumbo que tomará el país hacia el 2027 y más allá. El juego político está en marcha, y las apuestas son altas.
Fuente: El Heraldo de México