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6 de agosto de 2025 a las 20:30

Adidas vs. Yalalag: ¿Robo cultural?

La indignación recorre Oaxaca. La apropiación cultural, una herida abierta que se niega a cicatrizar, vuelve a ser protagonista. Esta vez, el foco de la controversia apunta directamente a la multinacional Adidas y al diseñador Willy Chavarría, quienes lanzaron al mercado el modelo "Oaxaca Slip On", un calzado que imita de manera flagrante los huaraches tradicionales de Villa Hidalgo Yalalag, una comunidad zapoteca con una rica historia y un legado artesanal invaluable. La falta de autorización y el nulo reconocimiento a los verdaderos artífices de esta pieza artesanal han encendido las alarmas y desatado la respuesta contundente del gobierno estatal.

El gobernador Salomón Jara Cruz, en una firme declaración, calificó el acto como una "violación a los derechos colectivos" de la comunidad. No se trata simplemente de una copia estética, sino de un acto que invisibiliza el trabajo, la creatividad y la identidad de un pueblo que ha mantenido viva la tradición de la elaboración de huaraches durante generaciones. Es un despojo, una apropiación que se suma a una larga lista de injusticias históricas que han sufrido los pueblos originarios.

"No permitiremos que se continúe con esta dinámica de despojo", sentenció Jara Cruz, quien ha iniciado un diálogo directo con las autoridades de Villa Hidalgo Yalalag para brindarles todo el acompañamiento jurídico necesario. La defensa del patrimonio cultural, tanto material como inmaterial, es una prioridad para la administración estatal. Se busca proteger no solo los diseños, sino también los conocimientos ancestrales, las técnicas y la cosmovisión que se entretejen en cada pieza artesanal.

Las exigencias del gobierno de Oaxaca son claras y no negociables: reconocimiento público de la autoría del diseño por parte de la comunidad de Villa Hidalgo Yalalag, una disculpa pública por parte de Adidas y Willy Chavarría por la apropiación indebida, y una compensación justa para la comunidad afectada. No se trata de una simple transacción económica, sino de un acto de justicia que reconozca el valor intrínseco del patrimonio cultural y el daño causado por su explotación sin consentimiento.

Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer los mecanismos de protección de los derechos colectivos de los pueblos originarios. La Constitución reconoce la propiedad intelectual colectiva sobre su patrimonio cultural, pero la realidad demuestra que la implementación de estos derechos aún enfrenta grandes desafíos. La lucha por el reconocimiento y la protección de la identidad cultural es una batalla que se libra en múltiples frentes, y el gobierno de Oaxaca se ha posicionado como un aliado firme de las comunidades indígenas en esta lucha.

La cultura no es un recurso a ser explotado, sino un tesoro que debe ser preservado y valorado. La respuesta de Oaxaca ante este caso de apropiación cultural envía un mensaje claro: la defensa de la identidad y el patrimonio cultural no es negociable. Se espera que este caso sirva como precedente para futuras situaciones y que las empresas, diseñadores y consumidores tomen conciencia de la importancia del respeto y la reciprocidad al interactuar con las culturas originarias. El llamado a la reflexión es global: la riqueza cultural de los pueblos indígenas debe ser celebrada y protegida, no explotada.

Fuente: El Heraldo de México