La tragedia que envolvió la estancia de la familia Carreón Calderón en el Pacífico Resort Ixtapa ha conmocionado a la opinión pública y desatado una ola de indignación en redes sociales. Las imágenes, que se han viralizado con la velocidad de un rayo, muestran los últimos momentos de Sergio Sagid Carreón Calderón, quien perdió la vida electrocutado en el jacuzzi de su habitación. Lo que prometía ser un momento de relax y diversión familiar se transformó en una pesadilla, dejando al descubierto presuntas negligencias por parte del hotel que exigen una investigación exhaustiva y transparente.

El testimonio de Estefanía, viuda de Sergio, es desgarrador. No solo enfrenta la irreparable pérdida de su compañero de vida, sino que también carga con la indignación de una atención deficiente, cuando no ausente, por parte del personal del hotel. Sus palabras resuenan con fuerza: "Él no era solo un huésped, era un socio". Esta afirmación pone de manifiesto la relación que Sergio mantenía con el resort, una relación que, en teoría, debería haber garantizado una estancia placentera y segura. La cifra de 31,500 pesos, depositada para estas vacaciones, contrasta cruelmente con el voucher de 3,500 pesos que recibieron posteriormente para cubrir gastos de alimentación. Un gesto que, lejos de ser un acto de empatía, se percibe como una fría transacción económica ante una tragedia humana.

La narrativa de Estefanía sobre los hechos posteriores al accidente es escalofriante. Describe la impotencia de no poder reanimar a su esposo, la llegada tardía del personal de auxilio y la inoperatividad del desfibrilador. Estos detalles, sumados a la presunta falta de atención médica inmediata, alimentan la sospecha de una cadena de negligencias que pudieron haber contribuido al fatal desenlace.

Si bien la necropsia indica un infarto agudo al miocardio por electrocución, la causa subyacente, la descarga eléctrica, apunta directamente a las instalaciones del hotel. ¿Se realizaron las revisiones de seguridad pertinentes? ¿Existía un protocolo de actuación ante emergencias de este tipo? Estas son preguntas que la Fiscalía General del Estado de Guerrero debe responder a través de una investigación rigurosa.

El comunicado emitido por el Pacífico Resort Ixtapa, aunque expresa condolencias, se percibe como insuficiente. La frase "Nos unimos a su dolor en este momento tan difícil" suena hueca ante la magnitud de la tragedia y las serias acusaciones que pesan sobre el establecimiento. La promesa de colaborar con las autoridades es un paso necesario, pero no suficiente. La sociedad exige transparencia y justicia. Se espera que la investigación esclarezca las circunstancias que rodearon la muerte de Sergio Sagid Carreón Calderón y determine las responsabilidades correspondientes.

Este caso trágico debe servir como un llamado de atención a la industria hotelera sobre la importancia de la seguridad y la atención al cliente. No se trata solo de ofrecer lujo y confort, sino también de garantizar la integridad física de los huéspedes. La vida de Sergio no puede ser en vano. Su muerte debe impulsar cambios que prevengan futuras tragedias y aseguren que las vacaciones sean sinónimo de descanso y disfrute, no de dolor e indignación.