Un escalofrío recorre la provincia de Zamora Chinchipe. La mañana del domingo 3 de agosto quedará grabada en la memoria colectiva de El Pangui como un día de luto y consternación. Dos vidas segadas en un instante, en un trágico accidente laboral que ha dejado a toda una comunidad conmocionada. La intersección de las calles Cordillera del Cóndor y Ángel Vélez fue el escenario de una escena desgarradora, presenciada por decenas de vecinos que aún no pueden creer lo ocurrido.

Las imágenes, crudas y dolorosas, circulan por las redes sociales, testimonio mudo de la tragedia. Un trabajador, en lo alto de un poste eléctrico, realizando sus labores para la empresa privada que lo contrató. De pronto, la descarga. Una fuerza brutal, implacable, que lo fulmina en el acto. Su cuerpo queda suspendido, inerte, una imagen que heló la sangre de quienes presenciaban la escena. El estruendo de la descarga eléctrica resonó en las calles, alertando a los vecinos que salieron de sus casas para encontrarse con la terrible realidad.

La solidaridad, ese impulso humano que nos mueve a ayudar al prójimo, se hizo presente en la figura de un compañero. Sin dudarlo, comenzó a escalar el poste, con la noble intención de rescatar el cuerpo de su amigo, de bajarlo de ese macabro pedestal. Pero el destino, caprichoso y cruel, tenía otros planes. Al llegar a la cima, mientras intentaba desenganchar el cuerpo sin vida, la misma fuerza invisible que había cobrado la primera víctima lo alcanzó. Otra descarga, otro cuerpo cayendo desde las alturas, una tragedia que se multiplicaba ante los ojos atónitos de los presentes. Diez metros de caída libre, un impacto sordo contra el suelo, la vida que se escapaba sin remedio.

La angustia se apoderó del ambiente. Las llamadas a los servicios de emergencia se multiplicaron. Los bomberos del Cantón El Pangui, con la profesionalidad y la entereza que los caracteriza, se encargaron de la difícil tarea de recuperar los cuerpos. La Fiscalía ecuatoriana, presente en el lugar, inició las investigaciones pertinentes para determinar las causas del accidente y deslindar responsabilidades.

Este trágico suceso nos recuerda la importancia de la seguridad laboral, la necesidad de extremar las precauciones en trabajos de alto riesgo. Dos familias destrozadas, una comunidad en luto, una pregunta que resuena en el aire: ¿se pudo haber evitado esta tragedia? Las autoridades competentes deberán esclarecer los hechos y tomar las medidas necesarias para que un accidente de esta magnitud no vuelva a repetirse. Mientras tanto, El Pangui llora a sus dos hijos, víctimas de un destino implacable. La solidaridad de la comunidad se hace presente para apoyar a las familias en estos momentos de profundo dolor. Que descansen en paz.