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5 de agosto de 2025 a las 09:40

Noche de Cine: ¡Prepara las palomitas!

La tensión se palpa en el aire, un silencio premonitorio que precede a la tormenta. Ricardo Monreal, el estratega político, el hombre de las letras y las peregrinaciones, ha anunciado un inminente choque de titanes dentro del Movimiento. No se trata de una batalla de ideas, ni de un debate sobre el rumbo del partido, mucho menos de una discusión filosófica. La manzana de la discordia, la chispa que encenderá la pradera, es la reforma electoral. Y la elegida para liderar este proyecto, una figura polémica, un auténtico grillo: Pablo Gómez.

Gómez, recién salido de la UIF, una institución clave en la lucha contra el lavado de dinero, la cual, según voces críticas, dejó en un estado lamentable, es un personaje curtido en las lides políticas. Un hombre forjado en la izquierda mexicana, con una larga trayectoria en el sector público, que ha sabido navegar en las aguas turbulentas de las reformas, siempre encontrando un lugar privilegiado, sin importar el color del partido en el poder. Para él, Monreal, con su pasado priista, es un advenedizo, un producto de la era lopezobradorista.

Monreal, a su vez, observa a Gómez con una mezcla de desdén y recelo. Reconoce su habilidad para el grillaje, pero lo considera un político de discurso, un intelectual de café, alejado de las trincheras electorales. Recuerda, con cierta sorna, la derrota de Gómez ante Gabriel Quadri. Monreal, con su sólida base legislativa, con cientos de diputados a su mando, se prepara para la batalla. Tiene la experiencia, el equipo y la determinación para imponer su voluntad.

Gómez, por su parte, apostará por la presencia mediática, exhibiendo su supuesta experiencia y una arrogancia que busca congraciarse con Sheinbaum. Su horizonte político parece limitado a la aprobación de la mandataria. Monreal, en cambio, jugará sus cartas con astucia, manejando los votos a favor o en contra de la reforma, con un único objetivo: consolidar su propio poder.

El escenario está listo. No será un duelo a solas. Gobernadores, legisladores, miembros del gabinete, e incluso el expresidente, serán testigos de este choque de trenes. Una pelea sin cuartel, donde los golpes serán duros y las consecuencias impredecibles. Preparen las palomitas, el espectáculo está por comenzar. Y mientras los titanes se enfrentan, la incógnita persiste: ¿dónde está Andy? Al parecer, sigue perdido en la lejana tierra del sol naciente, ajeno a la tormenta que se avecina.

Fuente: El Heraldo de México