
5 de agosto de 2025 a las 03:45
Descubre los 18 Tesoros de México con Denominación de Origen
Adentrémonos en el fascinante mundo de las Denominaciones de Origen en México, un sello que distingue la excelencia y la autenticidad de productos arraigados en la tierra y la tradición. Imaginen un tequila, no cualquier tequila, sino uno que lleva consigo la esencia misma de Jalisco, el agave azul bañado por el sol, las manos expertas que lo cultivan y transforman en un elixir dorado. Eso es lo que representa una Denominación de Origen (DO), una garantía de que ese producto, ya sea un destilado, un café aromático o una artesanía de barro, ha seguido un camino de elaboración preciso y único, heredado de generaciones y ligado a un territorio específico.
No se trata solo de una etiqueta, sino de una historia. La DO es el relato de un pueblo, de sus costumbres y su saber hacer. Tomemos como ejemplo el Café Pluma, cuya Denominación de Origen está próxima a ser protegida por la NOM255. Este café, cultivado en las altas montañas, posee un sabor y aroma inigualables, fruto de las condiciones climáticas y la dedicación de los caficultores. La DO asegura que cada taza que degustemos contenga la verdadera esencia de este café excepcional, protegiéndolo de imitaciones y preservando el sustento de quienes lo producen.
El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) es el guardián de estas denominaciones, velando por el cumplimiento de las normas y estándares. A su vez, cada producto con DO cuenta con un consejo regulador, como el del Tequila o el Mezcal, que supervisa minuciosamente cada etapa del proceso, desde la siembra hasta el envasado. Esta red de control garantiza que el producto final sea fiel a su origen y calidad, brindando al consumidor la certeza de adquirir un producto genuino.
¿Cómo distinguir un tequila con DO de un simple destilado de agave? La diferencia es abismal. El tequila con DO proviene exclusivamente del agave azul tequilana Weber, cultivado en regiones delimitadas y siguiendo métodos tradicionales. Un destilado de agave, en cambio, puede elaborarse con otras variedades de agave y en cualquier lugar, resultando en un producto que no alcanza la complejidad y el carácter del tequila auténtico. Lo mismo ocurre con la Talavera de Puebla, cuya DO protege la elaboración artesanal que se remonta al siglo XVI, frente a imitaciones que carecen de la misma historia y calidad.
Al adquirir un producto con DO, no solo estamos comprando un alimento, una bebida o una artesanía; estamos invirtiendo en la preservación de un legado cultural, en el apoyo a las comunidades productoras y en la garantía de una experiencia sensorial excepcional. Para asegurarnos de su autenticidad, debemos buscar el sello de la DO, verificar la procedencia y confiar en establecimientos que ofrezcan productos certificados.
La próxima vez que sostengan en sus manos una botella de tequila, una taza de café pluma o una pieza de Talavera, recuerden que la Denominación de Origen es mucho más que un nombre: es la promesa de una calidad excepcional, una historia viva y un compromiso con la tradición.
Fuente: El Heraldo de México