
5 de agosto de 2025 a las 05:15
Caen narcos en la Alameda
En el corazón de la Ciudad de México, entre los históricos árboles y las transitadas veredas de la Alameda Central, se esconde una realidad que contrasta con la aparente tranquilidad del lugar. Dos hombres, sumergidos en las sombras del narcomenudeo, vieron su actividad ilícita interrumpida por la diligente labor de la Policía Auxiliar. Su intento de escape, una carrera desesperada entre los paseantes desprevenidos, terminó abruptamente ante la firmeza de los uniformados.
La escena, que podría parecer extraída de una película de suspenso, se desarrolló a plena luz del día. Los policías, en su habitual recorrido por los andadores, detectaron la actitud sospechosa de los sujetos. Su nerviosismo, las miradas furtivas y los movimientos evasivos, encendieron las alarmas de los agentes, quienes procedieron a interceptarlos. La persecución, breve pero intensa, culminó con la captura de los presuntos delincuentes.
El protocolo de actuación policial, aplicado con rigor y precisión, derivó en un hallazgo revelador. Cuarenta bolsitas, repletas de una hierba verde con la inconfundible apariencia de la marihuana, confirmaron las sospechas de los oficiales. Además, tres objetos punzocortantes, cuya presencia añadía un matiz de peligro a la situación, y una cantidad de dinero en efectivo, producto probable de la venta de la droga, fueron decomisados.
Uno de los detenidos, un joven de 28 años que declaró ser de origen hondureño, y su cómplice, un hombre de 32 años con un amplio historial delictivo, fueron puestos a disposición del Ministerio Público. Allí, frente a la autoridad competente, se definirá su situación jurídica y se determinará el peso de la ley sobre sus acciones.
La historia, sin embargo, no termina aquí. La investigación posterior, un meticuloso cruce de información con las bases de datos policiales, reveló un dato sorprendente: el detenido de 32 años no era un novato en el mundo del crimen. Su pasado, marcado por dos ingresos al Sistema Penitenciario de la Ciudad de México en los años 2013 y 2018, dibuja el perfil de un reincidente, un individuo que, a pesar de haber enfrentado las consecuencias de sus actos, regresó a las calles para continuar delinquiendo.
Este caso pone en evidencia la compleja problemática del narcomenudeo en la capital del país, una lucha constante entre las autoridades y aquellos que buscan lucrar con la venta de sustancias ilícitas. La Alameda Central, un espacio emblemático de la ciudad, se convierte en un escenario donde la tranquilidad aparente se ve amenazada por la presencia de estos actores. La labor de la Policía Auxiliar, vigilante y comprometida con la seguridad ciudadana, resulta fundamental para combatir este flagelo y garantizar la paz y el bienestar de los habitantes de la Ciudad de México. La pregunta que queda en el aire es: ¿qué medidas se tomarán para evitar que estos individuos reincidan y para erradicar de raíz el narcomenudeo en espacios públicos como la Alameda Central?
Fuente: El Heraldo de México