La inseguridad en el transporte público oaxaqueño vuelve a ser tema de debate tras un incidente que pudo haber terminado en tragedia. Una mujer de aproximadamente 40 años estuvo a punto de ser arrastrada por un autobús urbano, luego de que el conductor cerrara las puertas mientras ella descendía. Las imágenes, captadas por cámaras de vigilancia el pasado 4 de agosto alrededor de las 18:00 horas, muestran la escalofriante escena: el camión, con número económico SX-010, avanza varios metros con la mujer prensada entre las puertas, su bolso también atrapado en el interior. La rápida reacción de los pasajeros, quienes exigieron al conductor que detuviera la marcha, evitó lo que podría haber sido un fatal desenlace.

Este incidente, que ha generado indignación en redes sociales, pone de manifiesto la preocupante situación del transporte público en la capital oaxaqueña. Usuarios y testigos presenciales exigen sanciones ejemplares para el conductor, cuya identidad aún no ha sido revelada por las autoridades. Señalan la necesidad de implementar medidas más estrictas que garanticen la seguridad de los pasajeros, especialmente durante el ascenso y descenso de las unidades. La negligencia del chofer, que podría ser sancionado bajo el artículo 62 del Código Penal Federal, abre la discusión sobre la capacitación y la responsabilidad de quienes operan el transporte público. ¿Basta con una sanción económica? ¿Es necesario un reentrenamiento obligatorio que haga hincapié en la seguridad de los usuarios? Estas son algunas de las preguntas que surgen a raíz de este incidente.

La vulnerabilidad de los peatones en Oaxaca se ve reflejada, una vez más, en otro trágico suceso ocurrido el mismo 4 de agosto. Un joven de 28 años, identificado como Jesús y residente de Santiaguito Etla, perdió la vida tras ser atropellado en la carretera federal 190, cerca de la agencia Chevrolet Mega Diez. El vehículo responsable, un automóvil negro con placas del Estado de México, dejó a la víctima tendida en el asfalto. A pesar de la intervención de los servicios de emergencia, el joven falleció y fue trasladado al anfiteatro. Este accidente se suma a la larga lista de tragedias viales que azotan las carreteras oaxaqueñas, haciendo un llamado urgente a la reflexión sobre la seguridad vial y la responsabilidad de conductores y peatones.

¿Qué medidas se están tomando para prevenir estos accidentes? ¿Es suficiente la señalización existente? ¿Se están implementando campañas de concientización efectivas? La ciudadanía exige respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades. La seguridad vial no debe ser un tema que se aborde solo después de una tragedia, sino una prioridad constante en la agenda pública. Es fundamental impulsar la cultura vial, fomentar el respeto entre conductores y peatones, y garantizar que las calles de Oaxaca sean un espacio seguro para todos. La vida de las personas no puede depender de la suerte o la negligencia ajena.