
6 de agosto de 2025 a las 00:10
¿Alienígenas cerca? La verdad de la nave nodriza
La expectación crece alrededor del objeto interestelar 31/ATLAS, un visitante cósmico que ha despertado la imaginación de muchos y reavivado el debate sobre la posibilidad de vida extraterrestre. Su forma alargada, documentada por el Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (ATLAS) en Chile, ha alimentado teorías que lo vinculan con una "nave nodriza" de origen alienígena, una idea que resuena con la intriga generada por anteriores objetos interestelares como Oumuamua y el cometa Borisov. ¿Estamos ante la evidencia definitiva de que no estamos solos en el universo?
Si bien la NASA ha clasificado a 31/ATLAS como un cometa y ha descartado cualquier peligro para la Tierra, la especulación continúa. Su tamaño, estimado entre 10 y 30 kilómetros de diámetro, lo hace considerablemente mayor que sus predecesores interestelares, lo que para algunos refuerza la hipótesis de la "nave nodriza". Imaginen: un coloso cósmico transportando en su interior naves más pequeñas, enviadas a explorar nuestro sistema solar. ¿Es una idea descabellada o una posibilidad fascinante que merece ser investigada?
Recordemos el caso de Oumuamua, aquel "mensajero de lejos que llega primero" cuya forma de cigarro y brillo inusual desconcertaron a la comunidad científica. Figuras como Jaime Maussan, reconocido investigador del fenómeno OVNI, se hicieron eco de las teorías que lo señalaban como una sonda extraterrestre, citando incluso estudios de prestigiosos astrónomos como Avi Loeb de la Universidad de Harvard. Si Oumuamua era una sonda, ¿podría 31/ATLAS ser la nave nodriza que la envió? La idea, aunque audaz, abre un abanico de preguntas sobre el origen y propósito de estos viajeros interestelares.
La doctora Mar Gómez, experta en física, ha destacado el tamaño excepcional de 31/ATLAS en comparación con Oumuamua y Borisov. Este dato, aparentemente insignificante, adquiere una nueva dimensión a la luz de las teorías conspirativas. ¿Es posible que este mayor tamaño se deba a la necesidad de albergar una flota de naves exploradoras? ¿O se trata simplemente de una característica natural de un objeto formado en un sistema estelar diferente al nuestro?
Mientras 31/ATLAS continúa su viaje a través de nuestro sistema solar, la NASA monitorea su trayectoria y velocidad, que alcanza la impresionante cifra de más de 209,000 kilómetros por hora. Se espera que su punto más cercano al Sol sea en octubre de 2025, un momento crucial para la observación científica que podría arrojar más luz sobre su composición y origen. ¿Confirmarán las observaciones la hipótesis del cometa, o revelarán algo aún más sorprendente?
El misterio de 31/ATLAS nos invita a mirar al cielo con curiosidad y asombro. Más allá de las teorías y especulaciones, este visitante interestelar nos recuerda la inmensidad del universo y las infinitas posibilidades que esconde. ¿Estamos solos? La respuesta, tal vez, esté más cerca de lo que pensamos.
Fuente: El Heraldo de México