El silencio de la madrugada en Valle del Campestre se rompió abruptamente. Un estruendo que sacudió los cimientos de las casas, que hizo vibrar los cristales y despertó a los vecinos en un sobresalto. Eran las 2:30 am, una hora en la que la tranquilidad suele reinar, pero esta vez, la calma fue destrozada por una explosión que transformó la noche en un escenario de caos y preocupación.

La escena, según relataron los vecinos todavía con el susto en la mirada, fue impactante. El epicentro del estallido, un local de venta de alimentos ubicado en el cruce de las calles Monte Everest y Arboledas, quedó prácticamente destruido. La fuerza de la explosión, originada por una fuga de gas, fue tal que se propagó con violencia, afectando a un local contiguo y dejando su huella en al menos 20 viviendas a la redonda. Fachadas agrietadas, ventanas rotas, puertas desencajadas… la onda expansiva dejó una estela de destrucción que aún es visible en la zona.

Imaginen la angustia: la oscuridad de la noche interrumpida por un rugido ensordecedor, las casas temblando, el olor a gas expandiéndose por el aire. Decenas de vecinos, muchos de ellos aún en pijama, fueron evacuados a toda prisa por elementos de Protección Civil y Bomberos de Aguascalientes. El miedo se palpaba en el ambiente, la incertidumbre de no saber qué había pasado, la preocupación por sus hogares, por sus familias.

Mientras los vecinos buscaban refugio con familiares o amigos, los valientes bomberos se adentraban en la zona de peligro. En medio de los escombros, entre el polvo y el olor a gas, encontraron un segundo cilindro con una fuga activa, una auténtica bomba de tiempo que amenazaba con agravar la situación. Con pericia y profesionalismo, lograron neutralizar la fuga, evitando una tragedia aún mayor.

Ahora, con las primeras luces del día, el panorama es desolador. Los locales comerciales afectados presentan daños cuantiosos, el inventario perdido, el futuro incierto. Las viviendas aledañas también sufrieron los estragos de la explosión, algunas con daños estructurales que requerirán reparaciones importantes. Afortunadamente, y este es el dato más importante, no hubo que lamentar pérdidas humanas. A pesar de la magnitud de la explosión, no se registraron heridos, un verdadero milagro considerando las circunstancias.

Las autoridades ya han iniciado las investigaciones para determinar con exactitud las causas de la fuga de gas. Mientras tanto, Valle del Campestre se enfrenta a las consecuencias de esta madrugada de terror. La solidaridad entre vecinos se hace presente, se organizan para apoyarse mutuamente, para reconstruir lo dañado, para recuperar la tranquilidad perdida. Esta explosión, sin duda, dejará una huella profunda en la memoria colectiva del fraccionamiento, un recordatorio de la importancia de la prevención y de la fragilidad de la vida cotidiana.

¿Qué medidas de seguridad se implementarán a partir de ahora para evitar que una tragedia similar vuelva a ocurrir? ¿Qué tipo de apoyo recibirán los negocios y familias afectadas? Estas son algunas de las preguntas que quedan en el aire y que seguiremos de cerca en los próximos días.