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4 de agosto de 2025 a las 09:20

Secretos del Kremlin

La sombra de la guerra se extiende mucho más allá de las fronteras ucranianas, tejiendo una red de intriga y desestabilización que alcanza a Europa y, sorprendentemente, a Latinoamérica. No se trata ya solo de la guerra convencional, sino de una guerra híbrida, multifacética, que se libra en las sombras, en el ciberespacio y en la mente de los ciudadanos. Rusia, en su afán por socavar el apoyo a Ucrania, ha desplegado una batería de tácticas que van desde la sofisticada desinformación hasta el sabotaje y los intentos de asesinato.

El sentimiento en Europa es de inquietante incertidumbre, una especie de limbo entre la paz y la guerra. La maquinaria propagandística rusa, cada vez más refinada, busca sembrar la discordia, alimentar sentimientos antiinmigrantes y polarizar a la sociedad. Los ciberataques, antes una amenaza latente, se han convertido en una constante, paralizando infraestructuras críticas y robando información sensible. Pero la novedad más preocupante es la creciente implicación de ciudadanos latinoamericanos en estas operaciones.

América Latina, históricamente alejada del epicentro de las tensiones geopolíticas europeas, se ha convertido en un inesperado campo de reclutamiento para los servicios de inteligencia rusos. Si bien desde hace tiempo se sabe que la región sirve como una especie de "taller" para la creación de nuevas identidades para espías, la situación ha dado un giro alarmante. Ya no se trata solo de agentes encubiertos con identidades falsas, sino de latinoamericanos "de carne y hueso", reclutados y utilizados para llevar a cabo actos de sabotaje en suelo europeo.

El reciente caso del ciudadano colombiano acusado de incendiar almacenes en Polonia, bajo las órdenes y financiamiento de los servicios secretos rusos, es un ejemplo paradigmático de esta nueva y preocupante tendencia. La meticulosidad con la que se planificó el ataque, las instrucciones detalladas sobre la fabricación de cócteles molotov y el uso de Telegram para la comunicación, revelan la sofisticación de la operación. Este incidente, calificado como acto de terrorismo, no es un caso aislado. La Agencia de Seguridad Interna de Polonia (ABW) ha alertado sobre una campaña sistemática de reclutamiento de latinoamericanos con experiencia militar para llevar a cabo actos de sabotaje en varios países de Europa Central y Oriental.

La utilización de ciudadanos extranjeros permite a Rusia diluir su responsabilidad en estos actos, creando una capa de plausible negación. Sin embargo, las consecuencias para los latinoamericanos involucrados son devastadoras. El colombiano en cuestión, ya condenado a prisión en la República Checa por un delito similar, ahora enfrenta nuevas acusaciones en Polonia. Más allá de las implicaciones legales para los individuos, estos incidentes proyectan una sombra de sospecha sobre la comunidad latinoamericana en Europa, convirtiéndola en objeto de escrutinio desde la perspectiva de la seguridad nacional.

La situación exige una respuesta coordinada y contundente por parte de la comunidad internacional. Es necesario fortalecer la cooperación entre los servicios de inteligencia para detectar y desmantelar estas redes de reclutamiento. Además, es crucial promover la educación y la concientización sobre las tácticas de desinformación y manipulación utilizadas por Rusia, para que los ciudadanos puedan identificarlas y resistirse a ellas. Finalmente, es fundamental abordar las causas subyacentes que hacen a algunos latinoamericanos vulnerables al reclutamiento, como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades. La lucha contra la guerra híbrida requiere un enfoque integral que abarque desde la seguridad hasta el desarrollo social, para proteger a las sociedades de la desestabilización y la manipulación.

Fuente: El Heraldo de México