
4 de agosto de 2025 a las 09:10
México: ¿Líder progresista?
La sombra de la ultraderecha se extiende por Latinoamérica, como una mancha de aceite que amenaza con ahogar los avances democráticos y sociales. Desde las bravuconadas autoritarias de Milei en Argentina, resonando con el eco de un pasado que creíamos superado, hasta el creciente control de Bukele en El Salvador, que silencia las voces disidentes bajo el manto de una supuesta seguridad, la región se encuentra en una encrucijada. Y en este contexto, México emerge como un faro de esperanza, un bastión de la izquierda progresista que se alza para contrarrestar la marea reaccionaria.
El Segundo Congreso Panamericano, celebrado en la Ciudad de México, fue mucho más que una reunión de políticos y activistas. Fue una declaración de principios, una muestra de fuerza y unidad frente a la adversidad. Más de 60 representantes de 12 países, unidos por la convicción de que un futuro mejor es posible, se congregaron para trazar una hoja de ruta hacia una Latinoamérica más justa, equitativa y sostenible. No se trató de un encuentro nostálgico, anclado en las viejas glorias de la izquierda, sino de un espacio de autocrítica y renovación. Se reconocieron errores del pasado, se habló de la necesidad de combatir la corrupción y de colocar la ética pública en el centro de la acción política. Un ejercicio de honestidad intelectual que fortalece la credibilidad de la izquierda y la distingue de los discursos vacíos de la derecha.
La figura de Claudia Sheinbaum se agiganta en este escenario. Su liderazgo, basado en el humanismo mexicano, un concepto que resuena con fuerza en la región, la posiciona como un referente para la izquierda latinoamericana. Más allá de las fronteras nacionales, su nombre se susurra con respeto y admiración, como símbolo de una nueva forma de hacer política, centrada en las personas y en la construcción de un futuro compartido. "En México no se han dado cuenta de la influencia y respeto que América Latina tiene por su presidenta", nos confesó un asistente al Congreso, revelando la magnitud del fenómeno Sheinbaum.
El Congreso no se limitó a ser un espacio de debate y reflexión. Se convirtió en una plataforma para la construcción de una arquitectura de cooperación regional, un entramado de alianzas estratégicas para abordar los desafíos comunes. Desde la justicia climática hasta la soberanía alimentaria, pasando por la seguridad ciudadana y las políticas sociales, se compartieron experiencias y se sentaron las bases para una colaboración efectiva que trascienda las fronteras y las ideologías.
A diferencia del CPAC, la Conferencia de Acción Política Conservadora, que promueve un modelo excluyente y retrógrado, el Congreso Panamericano apostó por la inclusión y la diversidad. La presencia de figuras como las congresistas estadounidenses Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Delia Ramírez, junto a la precandidata presidencial colombiana María José Pizarro, demuestra la amplitud del movimiento progresista y su capacidad para articular alianzas transnacionales.
Detrás de este evento, se encuentra la figura de David R. K. Adler, coordinador general de la Internacional Progresista y ex asesor de Bernie Sanders. Su impecable español y su profundo conocimiento de la realidad latinoamericana, adquirido durante su estancia en El Colegio de México, lo convierten en un actor clave en la construcción de esta nueva izquierda. Adler no es solo un ideólogo, sino un estratega político que asesora campañas emergentes en Latinoamérica y Europa, consolidándose como una figura influyente en el panorama progresista global.
El apoyo de la Open Society Foundation, fundada por George Soros, confirma la relevancia estratégica de este Congreso. La OSF, una red global dedicada al fortalecimiento de la democracia, la justicia y la equidad, ha apostado por este proyecto como parte de una estrategia global para consolidar el liderazgo progresista. Su respaldo no solo proporciona recursos financieros, sino que también otorga legitimidad y visibilidad al movimiento.
La agenda progresista continúa en México. Del 12 al 15 de agosto, el país será sede de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de la CEPAL, un evento que impulsará una nueva agenda de género y la sociedad del cuidado. Un nuevo hito para la diplomacia feminista y una muestra más del liderazgo regional de México en la construcción de un futuro más justo e igualitario.
Fuente: El Heraldo de México