
5 de agosto de 2025 a las 02:35
Henriette acecha: ¿A dónde se dirige?
La cuenca del Pacífico oriental está en plena ebullición. Mientras el sol brilla con fuerza en las costas mexicanas, lejos, en las aguas abiertas, la naturaleza despliega su fuerza con la formación de la tormenta tropical Henriette, la séptima en lo que va de temporada. Un nombre que evoca calma, pero que trae consigo vientos sostenidos de 55 km/h y la promesa de intensificarse en los próximos días.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), vigilantes incansables de la furia oceánica, han emitido alertas, mapeando la trayectoria de Henriette hacia el oeste-noroeste, lejos, por ahora, de las costas mexicanas. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) se suma al coro de voces expertas, confirmando la intensificación del sistema que anteriormente conocíamos como la depresión tropical Ocho-E. Henriette, un nombre que resonará en los boletines meteorológicos durante los próximos días, se desplaza a una velocidad de 24 km/h, dejando a su paso rachas de viento que alcanzan los 75 km/h.
A pesar de la distancia, 1440 kilómetros al suroeste de Cabo San Lucas, Baja California Sur, la mirada experta de los meteorólogos no se aparta de Henriette. La formación de este nuevo ciclón tropical, alrededor de las 15:00 horas, ha puesto en marcha la maquinaria de seguimiento y predicción. Por ahora, las autoridades aseguran que, dada su ubicación y trayectoria prevista, Henriette no representa una amenaza inmediata para México. Sin embargo, la naturaleza es caprichosa y el océano, un escenario impredecible. La posibilidad de que Henriette se fortalezca y alcance la categoría de huracán está latente, lo que mantiene a los expertos en alerta máxima, pendientes de cada cambio, de cada ráfaga de viento, de cada variación en su rumbo. Un nuevo informe, previsto para las 21:00 horas, arrojará más luz sobre el futuro de esta tormenta tropical y su potencial impacto en las costas del Pacífico.
Pero Henriette no está sola en este ballet meteorológico. A miles de kilómetros de distancia, otro ciclón, Dexter, se suma a la danza. Ambos sistemas, girando en el inmenso océano, crean un fenómeno fascinante y potencialmente peligroso: el Efecto Fujiwhara. Esta interacción entre dos ciclones puede alterar su intensidad, su trayectoria, e incluso su impacto al tocar tierra. Un factor más que añade complejidad al pronóstico y que exige una vigilancia aún más exhaustiva por parte de las autoridades.
Manténgase informado, siga las recomendaciones de las autoridades y prepárese. La temporada de huracanes está en pleno desarrollo y el Pacífico nos recuerda, una vez más, la fuerza implacable de la naturaleza. La información oportuna y la prevención son nuestras mejores aliadas ante la furia de los elementos.
Fuente: El Heraldo de México