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4 de agosto de 2025 a las 09:20

Frena al fentanilo: ¿Aranceles?

La reciente declaración de Donald Trump sobre un supuesto arancel del 25% al fentanilo procedente de México ha generado una ola de confusión y controversia a nivel internacional. Más allá de la torpeza sintáctica y ortográfica del mensaje, lo preocupante es la distorsión de la realidad que presenta. Trump afirma que México paga un impuesto por la exportación de fentanilo, insinuando una especie de acuerdo formal entre ambos países en relación al tráfico de esta sustancia. Esta afirmación es no solo falsa, sino que también peligrosamente simplista. El gobierno mexicano no exporta fentanilo. Son las organizaciones criminales, los cárteles del narcotráfico, quienes se benefician de la alta demanda de opioides en Estados Unidos y orquestan su tráfico ilegal.

Atribuir la responsabilidad del problema del fentanilo a México y pretender solucionarlo con aranceles es un enfoque erróneo y contraproducente. En lugar de atacar las raíces del problema, como la demanda en Estados Unidos y la falta de control en el tráfico de armas hacia México, Trump opta por una narrativa simplista y acusatoria que solo sirve para alimentar la polarización y desviar la atención de las verdaderas soluciones. La imposición de aranceles a productos mexicanos, bajo el pretexto del fentanilo, no hará más que perjudicar a las economías de ambos países y afectar a los trabajadores y consumidores.

Es fundamental comprender que el problema del fentanilo es complejo y requiere una cooperación bilateral seria y comprometida. Enfocarse en medidas punitivas y unilaterales, como los aranceles, solo agravará la situación. Es necesario un diálogo franco y constructivo entre ambos gobiernos para abordar las causas profundas del problema, como la prevención del consumo de drogas, el fortalecimiento de las instituciones de seguridad y justicia, y el control del tráfico de armas.

La retórica incendiaria y las acusaciones infundadas no contribuyen a la solución. Es imperativo que se abandone la narrativa simplista y se trabaje en conjunto para combatir este flagelo que afecta a ambas naciones. El futuro de la relación bilateral depende de la capacidad de ambos gobiernos para superar las diferencias y construir una agenda común basada en el respeto mutuo y la cooperación.

Además, la idea de que México esté pagando un arancel por el fentanilo es absurda. ¿A quién se le pagaría este arancel? ¿Cómo se recaudaría? ¿Dónde está la evidencia de este supuesto acuerdo? Estas son preguntas que Trump no ha respondido y que ponen en duda la veracidad de sus afirmaciones. En realidad, lo que se observa es una estrategia política de distracción, un intento de desviar la atención de los problemas internos de Estados Unidos culpando a México.

La lucha contra el narcotráfico y el fentanilo requiere una estrategia integral que involucre a todos los actores relevantes. No se trata solo de cerrar fronteras o imponer aranceles, sino de abordar las causas estructurales que permiten que el narcotráfico prospere. Es necesario fortalecer las instituciones, combatir la corrupción, promover el desarrollo económico y social, y ofrecer alternativas a las comunidades vulnerables. Solo a través de un enfoque integral y colaborativo se podrá enfrentar con éxito este desafío.

La comunidad internacional debe estar alerta ante las declaraciones irresponsables y las políticas erróneas que solo agravan la problemática. Es necesario un llamado a la razón y a la cooperación para construir un futuro más seguro y próspero para todos. La lucha contra el narcotráfico no se gana con muros ni con aranceles, sino con inteligencia, cooperación y un compromiso real con la justicia social.

Por último, cabe destacar la ironía de la situación. Mientras Trump acusa a México de no hacer lo suficiente para detener el flujo de fentanilo, Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor de esta droga. La demanda en el mercado estadounidense es el motor que impulsa el narcotráfico y la producción de fentanilo. En lugar de buscar culpables externos, Estados Unidos debería enfocarse en reducir la demanda interna y atender las causas de la adicción a los opioides en su propia población. Esta es la verdadera clave para solucionar el problema del fentanilo de una vez por todas.

Fuente: El Heraldo de México