
4 de agosto de 2025 a las 12:20
Fin a récord de remesas
La economía mexicana se enfrenta a un posible cambio de rumbo en uno de sus pilares más robustos: las remesas. Tras una década dorada, el flujo de dinero enviado por mexicanos en Estados Unidos muestra signos de debilitamiento, generando incertidumbre y preocupación entre analistas. El último informe del Banco de México revela una caída del 16.2% en junio de 2025, la mayor contracción en casi 13 años, confirmando una tendencia a la baja que se viene observando desde principios de año. Este descenso, que acumula un 5.6% en el primer semestre del año, contrasta fuertemente con el récord histórico alcanzado en 2024 y pone en jaque la racha de 11 años consecutivos de crecimiento que se inició en 2014.
Este cambio de panorama, según expertos como Gerónimo Ugarte Bedwell de Valmex México Casa de Bolsa, podría marcar un punto de inflexión. El crecimiento sostenido de las remesas, que han servido como un importante amortiguador económico para muchas familias mexicanas, parece estar llegando a su fin. Juan José Li Ng, economista senior de BBVA Research, coincide en este análisis y destaca el impresionante crecimiento de las remesas entre 2013 y 2024, donde prácticamente se triplicaron, pasando de 23,900 millones de dólares a 64,746 millones. Un aumento sorprendente, considerando que el número de migrantes mexicanos en Estados Unidos se ha mantenido relativamente estable en alrededor de 12 millones desde 2007.
La pregunta clave es: ¿qué está provocando esta desaceleración? La disminución no solo se refleja en el monto total de las remesas, sino también en el número de transacciones. En junio de 2025 se registraron 12.7 millones de operaciones, un 14.3% menos que en el mismo mes del año anterior. Este dato, según Li Ng, sugiere que no solo se está enviando menos dinero, sino que también menos personas están realizando envíos. Diversos factores podrían estar contribuyendo a esta tendencia: una posible desaceleración económica en Estados Unidos, la fluctuación del tipo de cambio, el aumento de los costos de envío o incluso cambios en los patrones de consumo y ahorro de los migrantes.
Las implicaciones de esta caída para la economía mexicana son significativas. Las remesas representan una fuente crucial de ingresos para millones de familias, contribuyendo al consumo interno y al desarrollo local. Una disminución sostenida podría afectar negativamente el crecimiento económico del país y aumentar la vulnerabilidad de los hogares que dependen de estos recursos. Es fundamental, por tanto, analizar a profundidad las causas de esta contracción y diseñar estrategias que permitan mitigar sus efectos. El gobierno mexicano, en colaboración con el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, debe trabajar en la creación de programas que promuevan la inclusión financiera, el desarrollo económico local y la diversificación de las fuentes de ingreso para las familias receptoras de remesas.
El futuro de las remesas es incierto, pero lo que está claro es que su papel en la economía mexicana es crucial. El seguimiento y análisis de esta tendencia serán fundamentales para comprender su impacto real y tomar las medidas necesarias para afrontar los retos que se avecinan. Mantenerse informado y comprender las dinámicas que influyen en el flujo de remesas es esencial para todos aquellos que se preocupan por el bienestar económico de México.
Fuente: El Heraldo de México