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4 de agosto de 2025 a las 12:35

Ensenada Unida: ¡No al Puerto Sauzal!

La sombra de la incertidumbre se cierne sobre El Sauzal, en Ensenada, Baja California. El megaproyecto de ampliación del puerto, con una inversión millonaria de cinco mil 745 millones de pesos, ha desatado una ola de inquietud y descontento entre los habitantes, productores y surfistas de la región. No se trata simplemente de una obra de infraestructura, sino de una transformación profunda que amenaza con alterar el tejido social y económico de la localidad. El futuro se presenta incierto, plagado de interrogantes sobre el impacto real de esta ambiciosa iniciativa.

Las voces de la comunidad se alzan en un coro de preocupaciones. El turismo, motor económico vital de la zona, se ve amenazado por la posible degradación del entorno natural y la alteración del paisaje costero. La imagen idílica de Ensenada, con sus playas prístinas y su ambiente tranquilo, podría verse opacada por la actividad portuaria y el incremento del tráfico marítimo. El temor a la masificación, la pérdida de la identidad local y la transformación irreversible del ecosistema marino son fantasmas que rondan en el imaginario colectivo.

El medio ambiente, otro pilar fundamental, se encuentra en la línea de fuego. La construcción de muelles pesqueros y escolleras, que ganarían 60 hectáreas de terrenos al mar, supone una intervención drástica en el delicado equilibrio del ecosistema costero. La biodiversidad marina, la calidad del agua y la belleza natural de la zona podrían verse irremediablemente afectadas. Las fugas de amoniaco y el vertimiento de aguas residuales, denunciados por algunos sectores, son señales de alarma que no pueden ser ignoradas.

La promesa de desarrollo económico contrasta con la realidad de una comunidad que lucha por preservar su estilo de vida. La escasez de servicios básicos, el incremento de la inseguridad, las tarifas elevadas y la mala calidad del aire son problemas preexistentes que podrían agravarse con la llegada del megaproyecto. El aumento del tráfico, la congestión vial y la presión sobre la infraestructura local son factores que preocupan a los residentes.

El clamor popular ha llegado a oídos de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien en su reciente visita a Baja California prometió diálogo y apertura. "Si no quieren no se hace, pero que haya diálogo", fueron sus palabras, un rayo de esperanza para quienes se oponen al proyecto. La consulta pública se presenta como una oportunidad para que la voz de la comunidad sea escuchada y tomada en cuenta en la toma de decisiones. Sin embargo, la exigencia de un diálogo genuino, más allá de una simple consulta, refleja la desconfianza y el escepticismo que aún persisten.

Más de 14 mil firmas en Change.org y cerca de 39 asociaciones civiles y ciudadanas respaldan la demanda de cancelación del megaproyecto. La comunidad surfista, que ve amenazado su paraíso de olas perfectas, se suma a la lucha por la defensa del litoral. El futuro de El Sauzal se debate entre el desarrollo económico y la preservación del entorno natural y social. La decisión final tendrá un impacto profundo y duradero en la vida de sus habitantes y en el destino de esta emblemática localidad bajacaliforniana. El diálogo, la transparencia y la participación ciudadana serán claves para encontrar un camino que concilie el progreso con el respeto al medio ambiente y la voluntad de la comunidad.

Fuente: El Heraldo de México