La sombra del incendio de la Guardería ABC, una tragedia que marcó a México para siempre, vuelve a cernirse sobre la nación. A trece años de aquel fatídico 5 de junio de 2009, una noticia sacude la memoria colectiva y reaviva el dolor de las familias que perdieron a sus pequeños: Sandra Lucía “N”, una de las propietarias de la guardería, ha sido detenida en Arizona, Estados Unidos.

Este arresto, confirmado de manera extraoficial por el grupo Manos Unidas por Nuestros Niños, compuesto por padres y madres de las víctimas, abre una nueva ventana de esperanza en la búsqueda de justicia, una justicia largamente anhelada y que hasta ahora se ha sentido esquiva. La detención, según el comunicado del colectivo, se llevó a cabo en el Centro de Detención de Eloy, Arizona, gracias a la ficha roja emitida por la Interpol a raíz de la orden de aprehensión en su contra.

La noticia, recibida con una mezcla de alivio y cautela, ha impulsado a los padres a dirigirse directamente a la Presidenta Claudia Sheinbaum y al Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, exigiendo la inmediata solicitud de extradición de la detenida. El comunicado, cargado de la fuerza de un dolor que no cesa, insta a las autoridades mexicanas a actuar con celeridad y a hacer valer la sentencia definitiva emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Un fallo que, según el colectivo, debería haber sido suficiente para que el gobierno mexicano fuera notificado de la detención en territorio estadounidense.

La incertidumbre, sin embargo, no desaparece. El temor a que la justicia se vuelva a escurrir entre los dedos se alimenta de la información que maneja el colectivo: una firma de abogados en Arizona estaría gestionando una solicitud de asilo político para Sandra Lucía “N”, argumentando persecución política. Una estrategia que, de ser efectiva, podría frustrar los esfuerzos de las familias por ver a los responsables rendir cuentas ante la justicia mexicana.

El incendio de la Guardería ABC, que cobró la vida de 49 niños y dejó decenas de heridos, se convirtió en un símbolo de la impunidad y la corrupción que por tanto tiempo han aquejado al país. La lucha de los padres, incansable y conmovedora, ha sido un ejemplo de resiliencia y un llamado constante a la justicia. Ahora, con la detención de Sandra Lucía “N”, se abre una nueva etapa en esta dolorosa historia. Una etapa que, esperan las familias, culmine con la verdad, la justicia y la reparación del daño, un daño irreparable que marcó sus vidas para siempre.

La pregunta que resuena ahora es si las autoridades mexicanas estarán a la altura de las circunstancias. Si la extradición se llevará a cabo y si finalmente, después de tantos años de lucha, los responsables de esta tragedia pagarán por sus actos. La sociedad mexicana, conmovida una vez más por este caso, observa con atención y exige que se haga justicia, que la memoria de los 49 pequeños no se pierda en el olvido y que su muerte no quede impune. El clamor de justicia de los padres de la Guardería ABC es un clamor que no puede ser ignorado.