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5 de agosto de 2025 a las 02:20

Desbloqueando el Cine: El Modelo Guadalajara

La industria cinematográfica, un gigante que se mueve entre el arte y el negocio, ha cautivado al mundo desde sus inicios. Mucho más allá del simple entretenimiento, el cine se ha erigido como una poderosa herramienta cultural, un motor económico y un reflejo de la sociedad en constante evolución. Desde las primeras proyecciones de los hermanos Lumière, este arte ha experimentado una metamorfosis impresionante, transformándose en una industria compleja que genera miles de empleos y moviliza capitales a nivel global. En este contexto, la "economía del cine" emerge como una disciplina fundamental para comprender el entramado financiero, comercial y el impacto que esta industria tiene en la sociedad.

Hablar de economía del cine es adentrarse en el análisis integral del funcionamiento de esta industria desde una perspectiva económica. No se trata de un concepto atribuible a un solo autor, sino de un campo interdisciplinario que ha ido creciendo y desarrollándose a lo largo del tiempo. Este campo examina minuciosamente los procesos de creación de valor en el sector audiovisual, desde la chispa inicial de una idea hasta su materialización en la gran pantalla y, más recientemente, en las plataformas de streaming. Cada etapa, desde la preproducción hasta la posproducción, pasando por la distribución y la exhibición, se convierte en un eslabón esencial de esta cadena de valor.

Walter Dadek, en su obra "Economía Cinematográfica" (1962), sentó las bases de este estudio al identificar tres pilares fundamentales: producción, distribución y exhibición. La producción, el acto mismo de dar vida a una película, requiere la combinación de recursos técnicos y humanos; la distribución se encarga de la compleja tarea de llevar la película al público a través de diversos canales y acuerdos contractuales; y finalmente, la exhibición, el momento mágico en el que la obra se encuentra con el espectador, ya sea en la sala oscura de un cine o en la comodidad de un hogar a través de las plataformas digitales.

Sin embargo, la economía del cine va mucho más allá de estos tres pilares. Abarca un espectro mucho más amplio que incluye el financiamiento de proyectos, el análisis de mercados, las políticas públicas que impulsan o limitan la industria, y la medición del impacto económico y social de las producciones audiovisuales. Es un ecosistema dinámico y complejo donde interactúan múltiples actores, desde los creativos hasta los inversionistas, pasando por los técnicos, los distribuidores y, por supuesto, el público.

En Latinoamérica, la Universidad de Guadalajara (UdeG) ha despuntado con un modelo ejemplar de ecosistema cinematográfico universitario. Este modelo, que va más allá de los tres pilares tradicionales, incorpora un cuarto elemento crucial: la academia y la formación. La UdeG ha comprendido la importancia de la formación integral para el desarrollo de la industria y ha invertido en la creación de programas académicos de alta calidad, como la Licenciatura en Artes Audiovisuales y la Maestría en Estudios Cinematográficos. Además, a través de iniciativas como el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) y El Taller del Chucho, ofrece una amplia gama de cursos, talleres y conferencias que brindan formación práctica en todas las etapas de la realización cinematográfica, desde la escritura del guion hasta la postproducción.

La UdeG no solo forma profesionales, sino que también impulsa la producción cinematográfica a través de diversos programas e incentivos. El FICG, además de ser un escaparate para el cine nacional e internacional, se ha convertido en un importante centro de negocios y coproducción. Programas como "Encuentro de Coproducción", "Episodio 0" y "Guadalajara Construye" facilitan la colaboración entre productores, distribuidores y otros actores clave de la industria, impulsando el desarrollo de proyectos cinematográficos y audiovisuales.

La exhibición, el último eslabón de la cadena, también tiene un lugar destacado en el modelo de la UdeG. La Cineteca UdeG, con sus cinco salas y una pantalla exterior para funciones al aire libre, se ha convertido en un importante espacio de encuentro para los amantes del cine. Además, la universidad cuenta con una red de cines y festivales que promueven la difusión del cine mexicano e iberoamericano, contribuyendo a la formación de nuevos públicos y al fortalecimiento de la cultura cinematográfica.

Este modelo integral de la UdeG demuestra que los ecosistemas cinematográficos universitarios son una estrategia fundamental para el desarrollo cultural y económico. No solo forman profesionales altamente capacitados, sino que también impulsan la producción, la distribución y la exhibición, creando un círculo virtuoso que beneficia a toda la industria. Sin embargo, estos ecosistemas también enfrentan desafíos, como la constante necesidad de actualización tecnológica, la competencia por recursos y la articulación con la industria comercial. A pesar de estos retos, la UdeG se ha consolidado como un referente en la formación cinematográfica y un ejemplo a seguir para otras instituciones que buscan impulsar el desarrollo de la industria en sus regiones. La clave está en comprender que el cine, más allá de su valor económico, es una poderosa herramienta para la construcción de identidades culturales y la promoción de la creatividad.

Fuente: El Heraldo de México