
4 de agosto de 2025 a las 12:25
Alivia la sequedad ocular juvenil
La vida moderna, con su ritmo frenético y su dependencia tecnológica, nos está pasando factura, y nuestros ojos son los primeros en dar la señal de alarma. El síndrome de ojo seco, una molestia que antes asociábamos con la edad avanzada, se ha convertido en una epidemia silenciosa que afecta a un alarmante 63.8% de la población joven en México, según datos de la UNAM. Imaginen, jóvenes en la flor de la vida, experimentando la irritación y el malestar constante de una condición que, si no se atiende, puede tener consecuencias a largo plazo.
El culpable, como muchos sospechábamos, es la omnipresencia de las pantallas. Pasamos horas frente a computadoras, tablets y smartphones, absortos en un mundo digital que nos desconecta de la realidad, y también, irónicamente, de las necesidades básicas de nuestro cuerpo. El parpadeo, ese acto reflejo que humecta y limpia nuestros ojos, se reduce drásticamente cuando nos concentramos en una pantalla, dejando la superficie ocular vulnerable a la deshidratación. Sumemos a esto el aire acondicionado, otro elemento indispensable de la vida moderna, que contribuye a resecar el ambiente y, por ende, nuestros ojos.
El Dr. Aarón Bautista, jefe de la carrera de Optometría en la FES Iztacala de la UNAM, nos alerta sobre la gravedad de esta situación. No se trata solo de una molestia pasajera, sino de una condición que puede afectar significativamente nuestra calidad de vida. La sensación constante de tener arenilla en los ojos, el ardor, la comezón y el enrojecimiento, son síntomas que pueden dificultar tareas tan simples como leer, conducir o incluso trabajar frente a una computadora, la misma herramienta que, paradójicamente, contribuye al problema.
Y lo que es aún más preocupante, este malestar no se limita a los adultos. Los niños, cada vez más expuestos a las pantallas desde temprana edad, también están sufriendo las consecuencias. Sus hábitos visuales están cambiando, y el tiempo prolongado frente a dispositivos digitales los convierte en víctimas tempranas de esta epidemia silenciosa.
El National Eye Institute, una autoridad en la materia, nos recuerda la importancia de las lágrimas, ese fluido vital que no solo humecta nuestros ojos, sino que también los protege de partículas extrañas. Mantener una lubricación adecuada es fundamental para la salud ocular a largo plazo.
Pero, ¿qué podemos hacer para combatir este malestar? El Dr. Bautista nos advierte sobre los riesgos de frotarse los ojos, una reacción instintiva que, en este caso, puede agravar la situación e incluso causar deformaciones en la córnea. En su lugar, recomienda el uso de gotas lubricantes y la aplicación de compresas frías, medidas sencillas pero efectivas para aliviar la irritación.
La Secretaría de Salud, por su parte, nos recuerda que existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar ojo seco, como la edad avanzada, los cambios hormonales y la falta de vitamina A. Es fundamental estar atentos a estos factores y tomar las medidas necesarias para proteger nuestra salud ocular.
En definitiva, el síndrome de ojo seco es un llamado de atención sobre la necesidad de equilibrar nuestra vida moderna con el cuidado de nuestra salud. Debemos ser conscientes del impacto que nuestros hábitos tienen en nuestro cuerpo y tomar medidas para protegernos. Nuestros ojos, la ventana al mundo, merecen toda nuestra atención y cuidado. Desconectémonos de las pantallas, parpadeemos con más frecuencia, humectemos nuestros ojos y, sobre todo, consultemos a un especialista si experimentamos alguno de los síntomas mencionados. Nuestra visión, al fin y al cabo, es un tesoro invaluable que debemos proteger.
Fuente: El Heraldo de México