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3 de agosto de 2025 a las 06:00
Tragedia: Obrero muere sepultado 13 horas
La tragedia ha golpeado a la ciudad de Goodyear, Arizona, dejando un vacío imborrable en la comunidad de la construcción. Ronald Andrew Baquera Jr., de 44 años, cariñosamente conocido como "Ronnie", perdió la vida en un devastador accidente laboral. El lunes por la tarde, mientras trabajaba en una zanja de aproximadamente dos metros de profundidad, la tierra cedió repentinamente, sepultándolo bajo toneladas de tierra suelta. La imagen, sin duda, estremece a cualquiera que se imagine la escena.
Un día que comenzó como cualquier otro, se transformó en una pesadilla para Ronnie y sus compañeros. Imaginen la desesperación de quienes presenciaron el derrumbe, la impotencia al ver a un amigo y colega atrapado bajo la tierra. De inmediato, se lanzaron a un desesperado intento de rescate, moviendo tierra con sus propias manos, contra un reloj que parecía correr más rápido que nunca. Sin embargo, la magnitud del colapso y la inestabilidad del terreno dificultaron las labores, convirtiendo la esperanza en angustia.
La rápida respuesta del Departamento de Bomberos de Goodyear trajo consigo un rayo de esperanza. Sirenas resonando en el aire, luces cortando la oscuridad que comenzaba a cernirse sobre la obra, equipos especializados desplegándose con la urgencia que la situación demandaba. Pero con cada minuto que pasaba, la esperanza se desvanecía. Lo que comenzó como un rescate, se convirtió en una dolorosa misión de recuperación.
Por más de doce horas, bajo la intensa presión de la situación y la mirada expectante de la comunidad, los rescatistas trabajaron incansablemente. La presencia de infraestructura crítica, como líneas de gas, añadía un nivel de complejidad y peligro a la operación. Cada movimiento debía ser preciso, cada decisión meditada. Finalmente, a las 2:00 de la madrugada del martes, el cuerpo de Ronnie fue recuperado. Doce horas de intensa labor que culminaron en la más triste de las noticias.
La noticia del fallecimiento de Ronnie ha dejado un profundo dolor en la comunidad. Melissa Prado, madre de dos de sus hijos, compartió con el corazón roto la devastación que su familia está viviendo: "Mi hija está realmente destrozada. Pasa casi todos los días con él. Está angustiada y mi hijo está enfadado. No lo están sobrellevando bien. Sus hijos eran todo para él.” Palabras que reflejan el vacío inmenso que deja Ronnie, un padre dedicado, un hombre trabajador, un ser querido que ya no está.
La tragedia de Ronnie pone de manifiesto los riesgos a los que se enfrentan diariamente los trabajadores de la construcción. Fred González, quien junto a su hijo de 18 años había trabajado en una zanja cercana días antes del accidente, expresó su conmoción: “Definitivamente se siente espeluznante”. Sus palabras reflejan el temor latente en quienes día a día se enfrentan a las incertidumbres de este oficio. “Todos estamos en esta industria. La zanja tenía apuntalamientos metálicos, pero estas cosas pueden pasar”. Una frase que resume la fragilidad de la vida y la constante amenaza que se cierne sobre quienes trabajan en entornos de alto riesgo.
El recuerdo de Ronnie permanecerá vivo en la memoria de quienes lo conocieron. Su historia sirve como un llamado a la reflexión sobre la importancia de la seguridad en el trabajo y la necesidad de implementar medidas más rigurosas para proteger a quienes arriesgan sus vidas en la construcción. Ronnie deja tras de sí un legado de trabajo duro, dedicación a su familia y un recordatorio de que cada vida perdida en el trabajo es una tragedia que debe ser prevenida.
Fuente: El Heraldo de México