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3 de agosto de 2025 a las 18:05

Supera el bullying: La historia de Bellakath

En un mundo obsesionado con la imagen, la historia de Bellakath resuena con una fuerza estremecedora. Su valentía al sincerarse sobre las presiones sociales que la llevaron al quirófano, nos invita a reflexionar sobre los estándares de belleza impuestos y cómo estos pueden afectar nuestra autoestima. Desde su infancia, Bellakath, cuyo nombre real es Hilda Katherinne Huerta Díaz, enfrentó críticas constantes sobre su físico. El bullying por su peso la marcó profundamente, llevándola a buscar una transformación física que, en sus palabras, le permitiera encajar. "Era gordita", confiesa con franqueza, recordando las burlas que recibía en la escuela. Pero incluso después de adelgazar, las críticas no cesaron, transformándose en comentarios sobre su delgadez, sobre la falta de curvas. "Ay, está muy flaca, ya no tiene nada", recuerda haber escuchado, frases que resonaron en su mente y la impulsaron a buscar una solución en la cirugía estética.

A los 18 años, con la imagen de la "buchona" como referente, Bellakath se sometió a su primera liposucción. No buscaba una transformación radical, sino "cintura de menos", un pequeño cambio que, esperaba, le brindaría la seguridad que tanto anhelaba. "Parecía Bob Esponja", bromea ahora, recordando su figura antes de la intervención. Sin embargo, este primer paso fue solo el comienzo de un largo y peligroso camino.

Bellakath no oculta su vanidad, la reconoce como parte de sí misma. Pero insiste en que su búsqueda de la "imagen perfecta" siempre ha sido por ella, no por complacer a los demás. A pesar de esto, reconoce que el "hate" y las críticas constantes sobre su cuerpo han sido una constante en su vida. Tras la primera lipo, vino una segunda, esta vez con transferencia de grasa a los glúteos. Pero la grasa no era suficiente, su cuerpo, ya delgado, no le proporcionaba el material necesario para alcanzar la figura que deseaba. Así, Bellakath se encontró entrando y saliendo del quirófano, en una búsqueda incansable de la imagen idealizada.

Su historia da un giro dramático cuando, tras una serie de intervenciones, se enfrenta a una negligencia médica que casi le cuesta la vida. La decisión de someterse a varias operaciones al mismo tiempo, autorizada por el médico, la llevó al borde del abismo. "Perdí mucha sangre", relata con voz temblorosa, recordando la experiencia traumática. Al despertar, veía borroso, escuchaba las voces de su madre y su abuela, implorándole que no se durmiera, que no se rindiera. Su cuerpo perdía temperatura, los médicos luchaban por estabilizarla.

En medio de la oscuridad y el dolor, Bellakath se aferró a la vida. Y el destino, en un giro inesperado, le tenía reservada una sorpresa. Tras recuperarse, recibió la propuesta de cantar "La gata de la Agrícola Oriental", la canción que la catapultaría a la fama. Una canción que, irónicamente, celebra la sensualidad y la belleza femenina.

La historia de Bellakath es un testimonio de los peligros de la obsesión por la imagen, de la presión social que nos empuja a buscar la perfección a cualquier costo. Es una invitación a reflexionar sobre la importancia de aceptarnos tal como somos, de valorar nuestra belleza única e irrepetible. Es, sobre todo, una historia de resiliencia, de una mujer que, tras rozar la muerte, encontró su voz y su lugar en el mundo.

Fuente: El Heraldo de México