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3 de agosto de 2025 a las 21:55

Sheinbaum: 4T recupera dignidad del pueblo

La resonante declaración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre la recuperación de la dignidad del pueblo tras el acuerdo alcanzado con el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en 2019, abre un espacio para reflexionar sobre el significado profundo de esta afirmación. ¿Qué implica la dignidad en el contexto de las relaciones internacionales y cómo se relaciona con la política interna? La mandataria vinculó la fuerza del pueblo mexicano con la capacidad de negociar en igualdad de condiciones con otras naciones, sugiriendo que la unidad y el respaldo popular son herramientas fundamentales en la defensa de la soberanía nacional. Este discurso conecta directamente con la narrativa de la Cuarta Transformación, que se presenta como un movimiento impulsado por la voluntad popular y enfocado en la reivindicación de los derechos históricos del pueblo mexicano.

El acuerdo alcanzado con Estados Unidos en aquel momento, que permitió aplazar la imposición de aranceles, fue presentado por Sheinbaum como una victoria no solo económica, sino también moral. La amenaza de sanciones económicas por parte de una potencia mundial como Estados Unidos, históricamente ha representado un desafío a la soberanía de México. Al lograr posponer estas medidas, el gobierno de la Cuarta Transformación proyectó una imagen de fortaleza y capacidad de negociación, reforzando la idea de un México que se levanta con dignidad ante las presiones externas. Este tipo de narrativas buscan generar un sentimiento de orgullo nacional y legitimar las acciones del gobierno ante la ciudadanía.

Más allá de la coyuntura específica del acuerdo comercial, la presidenta Sheinbaum conectó la idea de la dignidad recuperada con la transformación del poder judicial, específicamente con la elección de Hugo Aguilar como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La mandataria resaltó el origen indígena de Aguilar, presentando su elección como un logro histórico y un ejemplo tangible del cambio prometido por la Cuarta Transformación. Se enfatizó la participación ciudadana en este proceso, argumentando que la voluntad popular fue la que permitió que un indígena llegara a la presidencia de la Corte. Esta narrativa busca conectar la idea de dignidad con la inclusión y la representación de los grupos históricamente marginados en las esferas de poder.

La entrega de recursos del FAISPIAM a comunidades indígenas y afromexicanas, como el evento en Amealco, Querétaro, donde se destinaron 139 millones de pesos a 176 comunidades, se enmarca dentro de esta misma estrategia discursiva. Al vincular la entrega de recursos con la idea de la dignidad recuperada, el gobierno busca presentarse como un agente de cambio social que trabaja para revertir las desigualdades históricas y empoderar a las comunidades más vulnerables. Se construye una narrativa en la que la dignidad se traduce en acciones concretas que buscan mejorar las condiciones de vida de los pueblos originarios y afromexicanos.

Es importante analizar estos discursos desde una perspectiva crítica. Si bien la retórica de la dignidad y la reivindicación de los derechos del pueblo son elementos poderosos para generar identificación y apoyo popular, es fundamental evaluar si estas narrativas se corresponden con la realidad y si las políticas implementadas realmente contribuyen a la construcción de un país más justo e igualitario. El debate público debe ir más allá de los discursos y centrarse en la evaluación de los resultados concretos de las políticas gubernamentales. ¿Cómo se mide la dignidad recuperada? ¿Qué indicadores demuestran que las comunidades indígenas y afromexicanas están realmente siendo beneficiadas por estas acciones? Estas son preguntas cruciales que deben ser abordadas para comprender el alcance real de la Cuarta Transformación y su impacto en la vida de los mexicanos.

Fuente: El Heraldo de México