
3 de agosto de 2025 a las 09:15
Libertad en Cuba: ¿Mito o realidad?
Imaginen despertar un día en Cuba sin el peso de la prisión ideológica, libres para perseguir sus sueños. El emprendedor que anhela abrir su propio negocio, finalmente puede hacerlo sin trabas burocráticas. El artista encuentra espacios para crear y exponer, sin censura que limite su expresión. La familia que sueña con un futuro mejor para sus hijos, puede acceder a un sistema educativo de calidad y a oportunidades reales de progreso. La libertad de viajar, de estudiar en el extranjero, se convierte en una posibilidad tangible, alcanzable con esfuerzo y dedicación. Los mercados rebosan de alimentos frescos y variados, la electricidad fluye constante en los hogares, y la sombra del racionamiento se disipa como un mal sueño.
Este anhelo de libertad y prosperidad resuena en el corazón de cada cubano, tanto dentro como fuera de la isla. Muchos claman por un cambio, por un gobierno que reconozca el fracaso del modelo económico centralizado y abrace la apertura y la innovación. Ese modelo utópico, que prometía un paraíso terrenal, solo ha engendrado pobreza y represión. Mientras unos pocos se aferran al poder y a sus privilegios, la mayoría de la población lucha por sobrevivir, alimentada con falsas promesas y propaganda vacía.
Basta mirar a otros países que han transitado por caminos similares. Corea del Norte, Venezuela, Nicaragua, la antigua URSS, son ejemplos de cómo la planificación centralizada conduce al empobrecimiento y a la restricción de las libertades individuales. En cambio, naciones como China y Vietnam, sin renunciar a sus principios socialistas, han incorporado elementos de la economía de mercado, logrando un crecimiento económico notable y una mejora sustancial en la calidad de vida de sus ciudadanos. Estos ejemplos demuestran que es posible conciliar el socialismo con la iniciativa privada, generando prosperidad y oportunidades para todos.
En el caso de Cuba, el discurso del bloqueo como causa de todos los males ya no convence a nadie. Durante décadas, la isla recibió apoyo económico y tecnológico de la URSS, pero no logró desarrollar una economía sostenible. La verdadera raíz del problema reside en la corrupción, la ineficiencia y la falta de libertad económica.
La crisis actual que atraviesa Cuba es una de las más graves de su historia. La escasez de productos básicos, la inflación galopante, la caída de la inversión y los constantes apagones eléctricos pintan un panorama desolador. El éxodo masivo, especialmente de jóvenes que buscan un futuro mejor, es un síntoma alarmante de la profunda crisis que atraviesa la nación.
Es hora de que los líderes cubanos, reconozcan la inviabilidad de su modelo y den paso a una nueva era de libertad y prosperidad. Es hora de liberar al pueblo cubano de las cadenas que lo atan a la pobreza y la desesperanza. Es hora de construir un futuro donde cada cubano pueda alcanzar su pleno potencial, sin temor a la represión ni a la censura. Es hora de que Cuba despierte a la libertad.
Fuente: El Heraldo de México