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3 de agosto de 2025 a las 09:15

El silencio del madurismo

El silencio que ha caído sobre los otrora fervientes defensores de Nicolás Maduro en México es ensordecedor. Pareciera que un maleficio de mutismo colectivo se ha apoderado de ellos, dejándolos incapaces de articular palabra alguna en defensa del líder venezolano, ahora señalado como cabecilla del Cártel de los Soles. ¿Dónde están las voces estridentes que antes resonaban con proclamas antiimperialistas y loas a la revolución bolivariana? ¿Dónde están los puños alzados y las consignas incendiarias que solían acompañar cada mención del nombre de Maduro?

La designación del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, bajo la dirección de Scott Bessent, ha tenido un efecto paralizante en la retórica de estos personajes. La acusación de liderar una organización "terrorista" vinculada al Tren de Aragua y al Cártel de Sinaloa, y el aumento de la recompensa por su captura a 25 millones de dólares, han silenciado a los que antes se desgañitaban en su defensa. Es como si la sombra de la justicia norteamericana se hubiera extendido sobre ellos, imponiéndoles una inesperada y significativa discreción.

Figuras como Dolores Padierna, vicepresidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, quien en el pasado no escatimó elogios al régimen venezolano, e incluso expresó su deseo de replicarlo en México, ahora guarda un silencio sepulcral. Su esposo, René Bejarano, recordado por su asistencia a la internacional bolivariana de Managua en 2017, donde respaldó la disolución del Congreso venezolano, tampoco ha emitido comentario alguno. La combatividad que los caracterizaba parece haberse desvanecido como el humo.

La ausencia de pronunciamientos por parte de Citlalli Ibáñez Camacho (Yeidckol Polevnsky), quien firmó un desplegado en 2024 condenando la supuesta "intentona golpista" en Venezuela, es igualmente notable. Incluso Gerardo Fernández Noroña, cuyas fotografías abrazando a Maduro abundan en internet, ha optado por la discreción, limitándose a declaraciones ambiguas sobre su relación con el ex presidente López Obrador.

El silencio de Alberto Anaya, dirigente del Partido del Trabajo, quien recibió una llamada de Maduro en septiembre de 2024, y de Circe Camacho, alcaldesa de Xochimilco y activa simpatizante del líder venezolano en redes sociales, completa el panorama de un mutismo generalizado.

Pero quizás el silencio más llamativo es el de Héctor Díaz-Polanco, señalado como uno de los principales enlaces de Maduro en México. Díaz-Polanco, ferviente defensor de la integración de México a la revolución bolivariana, quien celebró la fraudulenta victoria electoral de Maduro en 2024, ahora se mantiene en las sombras. Su ausencia en el debate público es particularmente significativa, dada su histórica proximidad al régimen venezolano.

¿A qué se debe este repentino cambio de actitud? ¿Es simplemente prudencia ante la ofensiva estadounidense contra el narcoterrorismo? ¿O hay algo más detrás de este silencio colectivo? Las interrogantes permanecen abiertas, mientras la ausencia de las voces que antes defendían a Maduro resuena con la fuerza de un grito silenciado. El tiempo dirá si este mutismo es temporal o si marca un punto de inflexión en la relación de estos personajes con el controvertido líder venezolano.

Fuente: El Heraldo de México