Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Política

3 de agosto de 2025 a las 09:10

Deporte en la mira: ¿Dictadura o juego limpio?

La sombra de la manipulación se cierne sobre el atletismo mexicano. Lo que parecía un cambio de mando en la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA) se revela como una elaborada coreografía de poder, con Antonio Lozano, figura antes repudiada por la Conade por desvío de fondos, ahora convertido en el titiritero que mueve los hilos de la sucesión. La llegada de René Valdez del Prado, presentado como un líder fresco, no es más que la continuación del "Maximato" de Lozano, una estrategia orquestada en la penumbra para mantener el control. La cercanía de Valdez con Luis Rivera, director de Calidad del Deporte de la Conade y viejo amigo de Lozano, despierta sospechas y confirma la existencia de una red de influencias que opera al margen de la transparencia y la ética deportiva.

Este juego de poder no solo ignora el clamor de la comunidad atlética, sino que además pone en evidencia la fragilidad de las instituciones deportivas. ¿Cómo es posible que un individuo sentenciado por peculado, alguien que desvió 4.8 millones de pesos del erario público, sea ahora el artífice de la transición en una federación de tal importancia? La respuesta es inquietante: la Conade, organismo gubernamental ajeno al Movimiento Olímpico, ha infiltrado sus tentáculos en la FMAA, asegurándose un puesto de poder dentro del Comité Olímpico Mexicano (COM). Antonio Lozano, cual moderno Judas, ha entregado las llaves del reino a cambio de quién sabe qué favores o promesas.

La pregunta que flota en el aire es: ¿qué buscan realmente la Conade y sus aliados dentro del COM? ¿Acaso pretenden controlar no solo el deporte público, sino también el privado, extendiendo su influencia a todos los rincones del ecosistema deportivo? La repentina "amistad" entre Lozano y los funcionarios de la Conade, especialmente con Rommel Pacheco, "el amigo de todos los niños", sugiere un pacto no escrito, una alianza estratégica que beneficia a unos pocos a costa del bienestar general.

El silencio del COM ante esta maniobra es igualmente preocupante. ¿Qué opinan María José Alcalá y Olegario Vázquez Aldir de la traición de Lozano? ¿Aceptarán la presencia de un "caballo de Troya" en sus filas, alguien que representa los intereses de un organismo gubernamental con un historial cuestionable en materia de transparencia? La "letra escarlata" que Lozano cargaba por sus "negros comportamientos" parece haber perdido su color, difuminada por la conveniencia política y la ambición de poder. La deuda de 4.8 millones de pesos que aún pesa sobre Lozano, la reparación del daño que nunca se concretó, es un recordatorio constante de la impunidad que prevalece en el deporte mexicano.

La esperanza, aunque tenue, reside en que esta trama de poder sea desenmascarada y que los responsables rindan cuentas ante la justicia. El futuro del atletismo mexicano depende de la capacidad de sus dirigentes para resistir las presiones externas y defender la integridad de este noble deporte. La "temporada de zopilotes" inaugurada por el fallecimiento de Olegario Vázquez Raña no puede convertirse en la norma. El deporte mexicano merece algo mejor que un "Maximato" disfrazado de renovación.

Fuente: El Heraldo de México