La transformación de Oaxaca se palpa en el asfalto. No se trata solo de kilómetros de carretera renovados, sino de la promesa de un futuro más próspero para las comunidades de la Mixteca y la Costa. Imaginen el alivio de una mujer embarazada que ahora puede llegar a tiempo a su cita médica, sin las angustias de un camino intransitable. Piensen en la alegría de las niñas y niños que podrán acudir a la escuela sin importar las inclemencias del tiempo. Visualicen a los productores agrícolas transportando sus cosechas con mayor facilidad, accediendo a mercados más amplios y obteniendo mejores ingresos para sus familias. Esta es la realidad que se construye con la sinergia entre el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el Gobernador Salomón Jara Cruz.

La rehabilitación de la carretera Huajuapan-Putla, un anhelo largamente esperado por la población, no es una obra aislada, sino parte de un ambicioso proyecto que entrelaza los estados de Oaxaca, Puebla y Guerrero. El Plan General Lázaro Cárdenas del Río, con su visión integradora, teje una red de caminos que no solo conectan comunidades, sino que también abren las puertas al desarrollo económico y social. Más de mil kilómetros de vías renovadas, una inversión millonaria y, sobre todo, la esperanza de un futuro mejor para miles de familias.

El compromiso del Gobierno Federal con Oaxaca es palpable. No se trata de promesas vacías, sino de acciones concretas. La presencia del secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Antonio Esteva Medina, en el banderazo de inicio de las obras, reafirma la importancia de estos proyectos para la transformación del país. No se gobierna desde la comodidad de un despacho, sino desde el territorio, escuchando las voces de la gente, verificando que las obras se realicen con la calidad y la eficiencia que merecen las y los mexicanos.

La Costa oaxaqueña también vive su propia transformación. La carretera Pochutla-Huatulco, un corredor estratégico que se enlaza con el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, se convierte en una arteria vital para el desarrollo turístico y comercial de la región. Imaginen el flujo constante de visitantes, la creación de nuevos empleos, la derrama económica que beneficiará a toda la comunidad. Este es el impacto de una infraestructura moderna y eficiente, que conecta a Oaxaca con el mundo.

No podemos olvidar la importancia del empleo generado por estas obras. Miles de oaxaqueños y oaxaqueñas tendrán la oportunidad de participar en la construcción de su propio futuro, contribuyendo al desarrollo de su estado. Es una cadena virtuosa que impulsa el crecimiento económico y fortalece el tejido social.

Oaxaca, tierra de riqueza cultural y lingüística, se consolida como un ejemplo de progreso compartido. La visión humanista de la Cuarta Transformación se traduce en acciones concretas que mejoran la vida de las personas. Carreteras que no solo acortan distancias, sino que también acercan oportunidades, desarrollo y bienestar para todos. Un Oaxaca conectado, un Oaxaca próspero, un Oaxaca que mira hacia el futuro con esperanza.