La expectación crece a medida que nos adentramos en 2025, un año marcado por las enigmáticas predicciones de Baba Vanga, la clarividente búlgara cuya fama se cimentó en aciertos tan impactantes como la premonición del ataque a las Torres Gemelas. Si bien sus visiones sobre conflictos en Medio Oriente ya generan debate, es la posibilidad de un encuentro con Objetos Voladores No Identificados (Ovnis) la que verdaderamente captura la imaginación colectiva.

Este tema, que ha cautivado a científicos y aficionados por igual durante décadas, cobra nueva relevancia con el reciente anuncio de la NASA sobre el cometa 31/ATLAS, un cuerpo celeste proveniente de otro sistema estelar. Su paso por la Vía Láctea, un evento excepcional, despierta inevitablemente comparaciones con Oumuamua, el asteroide de forma peculiar que en 2017 alimentó teorías conspirativas sobre su posible origen extraterrestre. ¿Será el cometa 31/ATLAS un presagio de lo que Baba Vanga previó?

La profecía de la clarividente, según lo documentado por su sobrina Krasimira Stoyanova, describe la aparición de una "nueva luz en el cielo" durante un evento deportivo de magnitud global. Este fenómeno, visible para todo el mundo, sería la prueba irrefutable de que no estamos solos en el universo. Un contacto que, según Baba Vanga, no generaría temor, sino quizás asombro y una nueva comprensión de nuestro lugar en el cosmos.

La incertidumbre se cierne sobre la naturaleza de este evento. ¿Se tratará de una nave extraterrestre, como sugieren algunos teóricos de la conspiración? ¿O será un fenómeno natural aún desconocido para la ciencia? El Super Bowl, celebrado en febrero, fue considerado por muchos como el escenario potencial para esta revelación, pero la "nueva luz" no apareció. La pregunta sigue en el aire: ¿qué evento deportivo será el testigo del contacto con lo desconocido?

Mientras tanto, el Pentágono se mantiene vigilante. Testimonios de ex agentes, como el que describe la supuesta colisión de un avión militar con un Ovni en 2023, alimentan la controversia y la necesidad de respuestas. El misterio persiste, y la humanidad aguarda expectante, con la mirada puesta en el cielo, esperando la señal que confirme o desmienta las visiones de Baba Vanga. ¿Será 2025 el año del gran encuentro? El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra. Sin embargo, la posibilidad, por remota que parezca, nos invita a reflexionar sobre la inmensidad del universo y la posibilidad de que otras formas de vida, quizás más avanzadas que la nuestra, compartan este vasto espacio cósmico. ¿Estaremos preparados para lo que encontremos?