Amigos, seguidores, familia extendida que se ha preocupado tanto por mí, les escribo con el corazón en la mano, lleno de gratitud y con la necesidad de tranquilizarlos a todos. He visto la preocupación en sus mensajes, las preguntas en los comentarios, las noticias que han circulado y quiero, personalmente, aclarar la situación y disipar cualquier rumor infundado.

Sí, es cierto, pasé recientemente por una intervención quirúrgica. No voy a entrar en detalles específicos sobre el procedimiento, pues considero que es un asunto personal, pero quiero ser transparente con ustedes, quienes siempre me han brindado un apoyo incondicional. La operación, como cualquier otra, tuvo sus momentos delicados, sus complicaciones esperadas. Sin embargo, gracias a la pericia de los médicos, a la tecnología de punta que tenemos a nuestro alcance y, sobre todo, a la fuerza de sus oraciones y buenos deseos, todo salió bien.

Muchos se alarmaron al saber de mi ingreso al hospital, y surgieron versiones exageradas sobre mi estado. Quiero aclarar, con total sinceridad, que ya me encuentro en casa, recuperándome con tranquilidad. Imaginen la escena: estoy en mi sofá, con mi familia, disfrutando de la compañía de mis seres queridos. Karla, mi esposa, mi roca, mi compañera incansable, está a mi lado, cuidándome con ese amor que solo ella sabe dar. Toño, mi hijo, mi orgullo, me llena de alegría con su presencia. ¿Qué más puedo pedir?

Pasé mi cumpleaños en casa, rodeado de amor, y eso, para mí, es el mejor regalo que pude haber recibido. Estoy siguiendo al pie de la letra las indicaciones médicas, tomando mis medicamentos, guardando reposo y, poco a poco, recuperando fuerzas. Me siento optimista, con ganas de volver a la rutina, de retomar mis proyectos, de seguir compartiendo con ustedes mi vida, mis experiencias, mi pasión por el arte.

Este camino no ha sido fácil. Como muchos saben, he enfrentado batallas importantes de salud, he superado pruebas que me han puesto al límite. Pero cada desafío me ha enseñado a valorar la vida, a apreciar cada pequeño detalle, a agradecer cada amanecer. La experiencia del COVID-19 y el doble trasplante de pulmón fueron momentos cruciales en mi vida, momentos que me transformaron y me hicieron más fuerte.

Y en cada uno de esos momentos, ustedes estuvieron ahí. Sus mensajes de aliento, sus oraciones, sus muestras de cariño, fueron un bálsamo para mi alma, un impulso para seguir adelante. No tengo palabras para expresarles mi gratitud. Sé que muchos siguen orando por mi completa recuperación, y eso me llena de esperanza y de energía.

Quiero que sepan que este pequeño contratiempo no me detendrá. Sigo con la misma fe, con la misma determinación, con las mismas ganas de vivir. Pronto estaré de vuelta, más fuerte que nunca, listo para seguir compartiendo con ustedes mi camino. Gracias, de corazón, por su apoyo incondicional. Los quiero mucho.