
2 de agosto de 2025 a las 17:15
Más víctimas contra la Manada de Campeche
La sombra de la impunidad se cierne sobre Campeche, mientras más voces se alzan para denunciar los atroces actos cometidos presuntamente por la autodenominada "Manada de Campeche". El caso de Susana Saravia, de 22 años, ha abierto una caja de Pandora, destapando una serie de abusos sexuales que se venían perpetrando con una escalofriante sistematicidad. El testimonio de Rosa "N" añade una capa aún más perturbadora a este caso, revelando un macabro juego de apuestas entre los presuntos agresores, donde las mujeres eran reducidas a meros objetos de conquista. Imaginen la perversidad: un grupo de jóvenes, supuestamente estudiantes, convirtiendo la intimidad en una competencia, un trofeo a exhibir. La insistencia, el acoso, la presión ejercida sobre Rosa "N" y, presumiblemente, sobre otras víctimas, dibujan un patrón de conducta depredadora que nos obliga a preguntarnos: ¿cuántas más han sufrido en silencio?
El modus operandi, según los testimonios, se centraba en la invitación a reuniones en sus casas, tras las clases. Un escenario aparentemente inocente que se convertía en una trampa para las jóvenes. La revelación de que el grupo estaría conformado por seis agresores, todos estudiantes de la Preparatoria Ermiro Sandoval Campos en Campeche, enciende aún más las alarmas. ¿Cómo es posible que un grupo de jóvenes, en un entorno educativo, haya podido operar con tal impunidad? ¿Qué fallas sistémicas permitieron que este grupo se organizara y cometiera estos actos atroces? La sociedad campechana exige respuestas, exige justicia.
La intervención de Citlalli Hernández, secretaria de las Mujeres, ofreciendo apoyo y seguimiento al caso de Susana, es un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Sin embargo, la detención de solo uno de los presuntos agresores, Ángel "N", nos deja con un sabor amargo. ¿Dónde están los otros cinco? ¿Continuarán libres, acechando a nuevas víctimas? La Fiscalía General de Campeche tiene la responsabilidad de actuar con celeridad y contundencia, asegurando que todos los implicados en estos actos deleznables sean llevados ante la justicia.
Este caso, inevitablemente, nos recuerda al de "La Manada de Pamplona", un episodio que conmocionó a España y al mundo. La similitud en el nombre, la violencia ejercida y la aparente impunidad inicial generan una profunda indignación y nos obligan a reflexionar sobre la cultura machista que aún permea nuestras sociedades. Es imperativo que este caso sirva como un punto de inflexión, un llamado a la acción para erradicar la violencia de género y garantizar la seguridad y la justicia para todas las mujeres. No podemos permitir que la "Manada de Campeche" se convierta en un nuevo símbolo de impunidad. Debemos exigir justicia para Susana, para Rosa y para todas las víctimas que aún no han podido alzar la voz. El silencio nos hace cómplices.
Fuente: El Heraldo de México