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2 de agosto de 2025 a las 23:30

¿Dónde estaba Cheche? Reaparece tras 4 meses

La angustia se palpa en el aire de Ciudad Aldama, Chihuahua. Cuatro largos meses han transcurrido desde que Josué "Cheche" Guerrero Espino, de tan solo 17 años, desapareció sin dejar rastro. La incertidumbre que carcomía a su familia se ha transformado en una dolorosa certeza tras la aparición de un escalofriante video en redes sociales. En él, un Cheche visiblemente afectado, con el cabello rapado, las manos atadas y los ojos vendados, confiesa haber sido reclutado a la fuerza por un grupo delictivo conocido como "Los Mayos". "Me levantaron a los dos días que comencé a trabajar", susurra con voz entrecortada, una frase que resuena como un eco de la vulnerabilidad que enfrentan muchos jóvenes en nuestro país.

La difusión del video ha desatado una ola de conmoción y solidaridad en la comunidad. Vanesa Espino, madre de Cheche, ha lanzado un desesperado llamado a la población a través de un conmovedor video. Con la voz quebrada por la angustia, implora cualquier información que pueda conducir al paradero de su hijo. "Estamos desesperados por encontrar a mi niño, estamos en búsqueda de él", suplica con el corazón en la mano. Su mensaje es un testimonio del inmenso dolor que atraviesa una madre ante la desaparición de un hijo y la impotencia frente a la oscuridad de la delincuencia.

La ficha de desaparición, elaborada por la propia Vanesa en abril pasado, circula nuevamente en redes sociales. En ella se detallan las señas particulares de Cheche, una descripción que ahora cobra una nueva dimensión de urgencia. Cada detalle, cada rasgo físico, se convierte en una pieza clave en la carrera contra el tiempo para encontrarlo.

El caso de Cheche nos confronta con una realidad lacerante: la vulnerabilidad de nuestros jóvenes ante el reclutamiento forzado por parte del crimen organizado. La promesa de un trabajo, la necesidad de un ingreso, pueden convertirse en trampas mortales que los arrastran a un mundo de violencia y desesperanza.

La historia de Cheche no es un caso aislado. Es un reflejo de una problemática que exige la atención de las autoridades y la sociedad en su conjunto. ¿Qué medidas se están tomando para proteger a nuestros jóvenes? ¿Cómo podemos combatir la impunidad que permite que estos grupos operen con tanta libertad? ¿Qué apoyo se está brindando a las familias que viven la pesadilla de la desaparición de un ser querido?

La búsqueda de Cheche continúa. La esperanza, aunque tenue, se mantiene viva. Cada minuto cuenta. Cada pista, por pequeña que sea, puede ser la clave para devolverlo a su hogar. La solidaridad de la comunidad, la difusión de la información y la presión a las autoridades son fundamentales en esta lucha contra el tiempo. No podemos permitir que la historia de Cheche se convierta en una estadística más. Debemos unirnos como sociedad para exigir justicia y para construir un futuro donde nuestros jóvenes puedan vivir en paz y seguridad.

La desesperación de Vanesa es palpable. La incertidumbre sobre el destino de su hijo la consume. Su voz se une al clamor de tantas madres que han sufrido la misma tragedia. Es un llamado a la conciencia, una súplica por la vida, una exigencia de justicia. No dejemos que su voz se pierda en el vacío. Compartamos su mensaje, difundamos la información, mantengamos viva la esperanza. Encontremos a Cheche.

Fuente: El Heraldo de México