
2 de agosto de 2025 a las 09:10
Alto al fentanilo: ¿nuevos aranceles?
La sombra del fentanilo se alarga sobre el tablero geopolítico, oscureciendo las relaciones entre naciones y poniendo en evidencia la hipocresía de quienes lo utilizan como arma arrojadiza. Estados Unidos, con su problemática interna de adicción a los opioides, señala con dedo acusador a México, China y Canadá, brandishing la amenaza de aranceles como si fueran un impuesto a la droga. Un intento, a todas luces fallido, de proteger a sus millones de adictos, mientras se ignora la raíz del problema y se externaliza la responsabilidad.
Esta narrativa, impulsada por la retórica incendiaria y a menudo incoherente de la administración Trump, alcanza cotas de absurdo con la propuesta de un arancel al fentanilo. Una idea que no solo carece de lógica práctica, sino que revela una profunda incomprensión del problema. ¿Cómo gravar una sustancia ilegal que se introduce clandestinamente? ¿Acaso se pretende establecer aduanas para el narcotráfico? La propuesta es tan disparatada que roza la parodia. La oportuna intervención de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, desnuda la falsedad de esta afirmación, dejando al descubierto la confusión y la falta de rigor que caracterizan estas declaraciones.
El enredo es monumental. La administración Trump, con su habitual torpeza, confunde el origen del castigo arancelario –el tráfico de drogas y personas– con la aplicación de una tarifa a las drogas que ingresan ilegalmente a su territorio. Es como si pretendieran cobrar impuestos al terrorismo. Una muestra más de la desconexión con la realidad y la incapacidad para abordar el problema de la adicción con seriedad.
La idea de aplicar un arancel al fentanilo, además de ilógica, es cínica. Implica una aceptación tácita del problema de la adicción, una resignación ante la imposibilidad de controlarlo. Es un impuesto a la desesperación, un peaje a la autodestrucción. En lugar de abordar las causas profundas de la crisis de opioides, se opta por una solución simplista y cruel: gravar la sustancia que alimenta la adicción. Es como si se pretendiera apagar un incendio con gasolina.
La respuesta de México, a través de la voz de Claudia Sheinbaum, es una bocanada de aire fresco en medio de la confusión. Su aclaración, concisa y contundente, pone en evidencia la falsedad de las afirmaciones de la administración Trump y reafirma la postura de México en la lucha contra el narcotráfico. Una lucha que debe librarse con cooperación y entendimiento, no con amenazas vacías y medidas absurdas.
Este episodio pone de manifiesto la necesidad de un diálogo serio y constructivo entre las naciones involucradas. Un diálogo que trascienda la retórica incendiaria y se centre en la búsqueda de soluciones reales y efectivas. La lucha contra el fentanilo no se gana con aranceles, sino con cooperación, inversión en prevención y tratamiento, y un compromiso real para abordar las causas profundas de la adicción. Mientras tanto, la sombra del fentanilo seguirá alargándose, amenazando con oscurecer aún más el panorama.
Fuente: El Heraldo de México